Indicios positivos de
autoestima
(Adaptados de D.E.
Hamachek, Encounters with the Self, Rinehart, Nueva York, 1971).
La persona que se
autoestima suficientemente:
1. Cree con firmeza en ciertos
valores y principios, y está dispuesta a defenderlos incluso aunque encuentre
oposición. Además, se siente lo suficientemente segura de sí misma como para
modificarlos si la experiencia le demuestra que estaba equivocada.
2. Es capaz de obrar según crea más
acertado, confiando en su propio criterio, y sin sentirse culpable cuando a
otros no les parezca bien su proceder.
3. No pierde el tiempo preocupándose
en exceso por lo que le haya ocurrido en el pasado ni por lo que le pueda
ocurrir en el futuro. Aprende del pasado y proyecta para el futuro, pero vive
con intensidad el presente.
4. Confía plenamente en su capacidad
para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar fácilmente por
fracasos y dificultades. Y, cuando realmente lo necesita, está dispuesta a
pedir la ayuda de otros.
5. Como persona, se considera y
siente igual que cualquier otro; ni inferior, ni superior; sencillamente, igual
en dignidad; y reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio
profesional o posición económica.
6. Da por sentado que es interesante
y valiosa para otras personas, al menos para aquellos con los que mantiene
amistad.
7. No se deja manipular, aunque está
dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
8. Reconoce y acepta en sí misma
diferentes sentimientos y pulsiones, tanto positivos como negativos, y está
dispuesta a revelárselos a otra persona, si le parece que vale la pena y así lo
desea.
9. Es capaz de disfrutar con una
gran variedad de actividades.
10. Es sensible a los sentimientos y
necesidades de los demás; respeta las normas sensatas de convivencia
generalmente aceptadas, y entiende que no tiene derecho —ni lo desea— a medrar
o divertirse a costa de otros.
Indicios
negativos de autoestima
(Adaptados de J. Gill, Indispensable
Self-Esteem, en Human Development, vol. 1, 1980).
· Autocrítica rigorista, tendente a crear un estado
habitual de insatisfacción consigo misma.
· Hipersensibilidad a la crítica, que la hace sentirse fácilmente
atacada y a experimentar resentimientos pertinaces contra sus críticos.
· Indecisión crónica, no tanto por falta de
información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
· Deseo excesivo de complacer: no se atreve a decir «no», por
temor a desagradar y perder la benevolencia del peticionario.
· Perfeccionismo, o autoexigencia de hacer
«perfectamente», sin un solo fallo, casi todo cuanto intenta; lo cual puede
llevarla a sentirse muy mal cuando las cosas no salen con la perfección
exigida.
· Culpabilidad neurótica: se condena por conductas que no
siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos
y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar a perdonarse por completo
· Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel,
siempre a punto de estallar aun por cosas de poca importancia; propia del
supercrítico a quien todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona,
nada le satisface.
· Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo
lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia
generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.