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jueves, 11 de junio de 2015

EL AYUNO MENTAL y LA MEDITACIÓN por Atman Nityananda


EL AYUNO MENTAL y LA MEDITACIÓN
por Atman Nityananda
No podemos dejar de sufrir y disfrutar la paz y la dicha del SER (consciencia) si no podemos meditar.

No podemos meditar si no podemos dejar de pensar y concentrar la mente y la atención en el silencio interior.

No podemos dejar de pensar y enfocar la mente en el silencio interior  mientras siga en nosotros el deseo por los objetos y por el placer sensorial.

El deseo es el combustible que mantiene la mente activa.

No podemos disminuir y eliminar el deseo si permitimos los sentidos morar en los objetos sensoriales y disfrutamos constantemente placeres sensoriales.

EL AYUNO MENTAL

Controlar los sentidos es una meta muy importante en el camino espiritual, porque las impresiones sensoriales disraen y inquietan la mente. Además los deseos incrementan y fortalecen a través de las impresiones sensoriales. Por eso el ayuno mental es imprescindible para disminuir y eliminar el deseo por placeres sensoriales.

Como el ayuno (que es la abstinencia de la comida) detoxifica el cuerpo de las toxinas corporales, igual el ayuno mental (que es la abstinencia de las impresiones sensoriales- principalmente de impresiones rajásicas y tamásicas) detoxifica la mente de las toxinas psicológicas (deseo y lujuria por placeres, emociones negativas).

Un ayuno mental ´suave´ es sustituir las impresiones rajásicas y tamásicas por impresiones sáttvicas en todos los sentidos.

Comida sáttvica  y palabras sáttvicas para la boca, vistas sáttvicas para los ojos, sonidos sáttvicos para los oídos, olores sáttvicos para la nariz, hacer el amor de manera sáttvica para el centro sexual. Y desde luego, pensar pensamientos sáttvicos (la mente es el sexto sentido según unas enseñanzas y maestros espirituales). El pensamiento más sáttvico y más alto es el nombre de Dios

Pero esto no es bastante. Hace falta dedicar tiempo cada día en abstener la mente totalmente de los objetos sensoriales. Quedar solos, cerrar los ojos y los oídos y concentrar la mente en un punto interior es el mejor ayuno para la mente.

EL DESEO POR LA VERDAD

La segunda manera de eliminar los deseos por placeres sensoriales es incrementar el deseo para la realización de Dios. A medida que aumente en nosotros el deseo de realizar la verdad los deseos por placeres sensoriales disminuirán.

Para incrementar el deseo por la verdad es muy importante ejercitar la repetición del nombre de Dios, los cantos devocionales (kirtan), estar en compañía con maestros espirituales y devotos de Dios, leer libros y textos sagrados y hacer sadhana en centros espirituales (ASHRAM) y lugares sagrados.

LAS QUALIDADES IMPORTANTES

Independientemente del método que sigamos, la perseverancia, paciencia, regularidad, fe, determinación, autoconfianza y anhelo ardiente de realizar la verdad son las cualidades necesarias en este camino hacia la libertad, la paz y dicha eterna.

miércoles, 10 de junio de 2015

OM! MEDITACIÓN AL SOL - Omraam Aivanhov


MEDITACIÓN AL SOL - Omraam Aivanhov

Durante la salida del sol, si te das cuenta de que estás recibiendo el amor de Dios y la vida de Dios, la luz del sol te sanará.
Estar presente en la salida del sol implica establecer un vínculo consciente con él, hacer, hacer posible la entrada de sus fuerzas en tu organismo. Cuando te unes de esta manera con el sol físico, contactas también con otros dos soles: el sol del mundo espiritual y el sol del mundo divino.

INVOCACIÓN A LA SALIDA DEL SOL

Así como este Sol se levanta sobre el mundo,
que el Sol de la Verdad, de la Libertad, de la Inmortalidad, de la Eternidad,
se levante en mi Espíritu.

Así como este Sol se levanta sobre el mundo,
que el Sol del Amor y de la Inmensidad
se levante en mi Alma.

Así como este Sol se levanta sobre el mundo,
que el Sol de la Inteligencia, de la Luz y de la Sabiduría,
se levante en mi intelecto.

Así como este Sol se levanta sobre el mundo,
que el Sol de la Dulzura, de la Bondad,
de la Alegría, de la Felicidad y de la Pureza,
se levante en mi corazón.

Así como este Sol luminoso, radiante, se levanta sobre el mundo,
que el Sol de la Fuerza, del Poder, de la Energía,
del Dinamismo y de la Actividad,
se levante en mi voluntad.

Y así como este Sol, luminoso, radiante, vivo, se levanta sobre el mundo,
que el Sol de la Salud, de la Vitalidad y del Vigor,
se levante en todo mi cuerpo.

¡Amén, así sea,!
Para el Reino de Dios y Su Justicia.
¡Amén, así sea!
Para la Gloria de Dios. 

sábado, 6 de junio de 2015

LA CREENCIAS, EL EGO, EL DESEO Y LA ILUMINACIÓN por Atman Nityananda

LA CREENCIAS, EL EGO, EL DESEO Y LA ILUMINACIÓN  
por Atman Nityananda

El ego y las emociones negativas no son una creación de creencias. Al contrario, el ego y la ignorancia crean las emociones negativas y las creencias erróneas. Además el ego usa las creencias para su beneficio y para alimentarse a sí mismo y sobrevivir.

El ego es un conjunto de varios trastornos vitales, emocionales y mentales como la lascivia, la gula, la ira, el miedo, la decepción, la impaciencia, la envidia, el odio etc. Estos trastornos psicológicos están directamente relacionados con la lujuria y con el deseo que es modificación de la energía sexual cristalizada en nuestro campo energético y en el Manas (mente sensorial-emocional).

LAS DOS RAMAS DEL EGO

El ego tiene dos ramas principales, el deseo y el orgullo. Todas las demás expresiones del ego están relacionadas con estas dos ramas.

EL DESEO

El ego, en sus varias formas, usa la mente (el pensamiento y las demás capacidades mentales), el cuerpo, el prana y la energía sexual para disfrutar placer y sentir superior o especial.

La lujuria y el deseo del disfrute de los placeres de los sentidos, tienen como expresiones principales la lascivia, la gula, la lujuria por bebidas y otras sustancias, la avaricia por dinero, posesiones, puestos y poder y la envidia. Sus hijos son, entre muchos, el gusto y disgusto, la atracción y la aversión, la ira, el odio, el miedo, la decepción, la depresión, la impaciencia, la ansiedad, el descontento, la insatisfacción y la falta de plenitud.

Por ejemplo, cuando tenemos pensamientos sexuales, estos pensamientos son provocados y alimentados por la lascivia. La lascivia causa el surgimiento de los pensamientos sexuales y no al contrario. Pero debido a que la lujuria hipnotiza la mente este proceso es tan sutil que la mayoría de la gente no lo puede percibir. La lascivia usa estos pensamientos lujuriosos para disfrutar placer sexual. Esto es más obvio en los sueños. El ego de la lascivia usa la mente durante el sueño y provoca formas e imaginaciones sexuales para experimentar placer sexual.

EL ORGULLO

El orgullo está relacionado con la superioridad, la inferioridad, la autoestima, la auto imagen, la especialidad, la importancia, la inseguridad, el miedo, la ira, el odio y también con el deseo. El orgullo usa el poder, el dinero, las capacidades corporales, mentales y emocionales, las posesiones y los puestos para sentirse mejor, especial o superior.

Cuando algo obstaculiza el orgullo y el deseo a expresarse, ellos se transforman en ira, enfado, odio, miedo, ansiedad, inseguridad, angustia, etc.

 LOS PROCESOS CON LOS QUE EL EGO SE EXPRESA

Los procesos a través de los cuales funciona el ego son la identificación, la proyección, la superimposición, la asociación y la imaginación y las cualidades que dan soporte a estos procesos son los gunas rajas y tamas.

Todos estos trastornos componen lo que llamamos ego o egoísmo. Así que el ego en nosotros no es una singularidad sino una pluralidad.

QUÉ ES LA ILUMINACIÓN

Cuando la mente se vuelve pura y sáttvica, o sea cuando está libre de las energías egoístas y los gunas rajas y tamas, se despierta y se fusiona con su fuente, la consciencia. En este estado de unión total el hombre se hace Dios y Dios se hace hombre. Los dos se convierten en una unidad perfecta en el sentido más profundo.

Esto es la iluminación, esto es la liberación, esto es la divinización (apoteosis) del ser humano.

CÓMO PODEMOS CONSEGUIR LA ILUMINACIÓN

La liberación de la mente de las energías egoístas y la realización del SER no suceden por causalidad ni son productos de inercia.

La idea de que podemos disolver estas energías y alcanzar la iluminación sin hacer nada es una creencia errónea. Ni el cuerpo puede sobrevivir sin hacer nada. Es necesario poner la comida en la boca, masticarla y tragarla.

Cambiar las creencias erróneas es un paso importante para disolver las energías egoístas pero no es suficiente para conseguirlo.

Por supuesto, espiritualidad no significa acumular conocimientos en la mente o adquirir algo de fuera.

Espiritualidad es algo 100% práctico. Es la purificación y la transformación de la mente (pensante, emocional e intelecto), y la purificación y transformación de las energías y de la energía sexual. Es controlar la mente y los sentidos, desidentificar la mente de los objetos y identificarla con el Ser íntimo.

Aparte de la purificación, hace falta crear equilibrio y armonía en todos los niveles de nuestra existencia. Es necesario aumentar el sattva guna, el ojas, el prana y el tejas y transformar la energía sexual. Hace falta controlar los sentidos y la mente, parar la distracción de la mente y la identificación con los pensamientos, las emociones, los objetos y el cuerpo y dejar de  olvidar de nuestro ser (ser conscientes de sí mismo). Finalmente hace falta meditar por muchas horas cada día por muchos años. Y todo eso no sucede por causalidad ni sin hacer nada.

Es cierto también que no hay un camino espiritual para todos. En realidad hay tantos caminos como seres humanos. Cada uno según su madurez, su constitución mental, sus experiencias y sus necesidades sigue su propio camino único.

En resumen, para conseguir la iluminación hace falta seguir una vida sáttvica y orientada a la espiritualidad pero no en la teoría sino en la práctica.

Hace falta mucha práctica sistemática, determinación, coraje, fe, auto confianza, dedicación, perseverancia, paciencia y más que nada un anhelo ardiente para conocer la verdad. 
Paz, Luz y Amor



jueves, 5 de marzo de 2015

LOS PARES DE OPUESTOS por Atman Nityananda


LOS PARES DE OPUESTOS
Equanimidad es yoga
Bhagavad Gita, Verso 2.48
“Establécete en este yoga y dedícate a realizar tu deber, realiza las acciones abandonando el apego y permaneciendo en equilibro ante el éxito y el fracaso. Esta ecuanimidad de mente es llamada yoga. “
Los pares de los opuestos tienen un aspecto  exterior y un interior  lo cual es más importante para nosotros. Las cosas y las situaciones externas tienen polarides  como por ejemplo el calor y el frio, el blanco y el negro, el dia y la noche, la ganancia y la perdida, el exito y el fracaso, la alabanza y la desaprobación etc., pero lo que nos da sufrimiento no es lo que sucede en el mundo 3D, no son las polarides externas, pero nuestro estado mental y emocional y los pares psicológicos. Entonces si queremos superar el sufrimiento tenemos que superar los pares internos creados por el ego y la mente inferior.

El ego y la mente inferior se mueven siempre entre los pares de los opuestos. Los pares fundamentales son:  gusto-disgusto, atracción-aversión, placer-dolor, quiero–no quiero. Estos pares están directamente relacionados con el mecanismo del deseo y son la raiz de nuestro sufrimiento.
El ego casi siempre mueve entre los  pares anterior mensionadas creando placer y satisfación ilusoria y sufrimiendo mental y emocional. Cada momento nos encontramos en una situacion que nos gusta o nos disgusta algo, que algo nos parece agradable o desagradable, nos atrae algo o queremos evitar algo, queremos o no queremos poseer o hacer algo.  Estas reacciones enrte los opuestos suceden en ralación con los placeres sensuales, las cosas que queremos poseer y lograr y en relación con nuestra autoimagen y autoestima. Estas reacciones del ego es la raiz de todas formas del sufrimiento.
 Aunque la  disgustia, la aversión  y la  sensación de desagradable puede ser expresadas ligeramente, son una forma de pequeña miseria. Cuando sentimos mal a causa de las emociones anteriormene mecionadas no sentimos ni felices, ni pafificos, ni contentos, ni alegres. Si estuvieramos alertas cuando estas  expresiones emocionales son expresadas, veriamos que hay una contración energetica que nos hace sentir mal. Por supuesto esta sensación no es algo grave, pero es la base del sufrimiento grave. La disgustia y la aversión pueden asumir una expresion muy fuerte y en este caso podemos admitir que provocan un pequeño sufrimiento. El sufrimiento más grave que asume la forma de ira, odio, miedo, depresión, frustración, envidia, celos, está basado en el deseo y los pares egoistas anterior mentionadas que están enraizados en el deseo.
Para superar los pares de opuestos y el sufrimiento creado por ellos la única opción que hay es eliminar el deseo, el ego y la identificación con la mente y el cuerpo físico y esto es posible cuando realizamos plenamente que somos consciencia pura eternamente libre y dichosa más alla de todas la formas el bien y el mal.
Paz, Luz y Amor


viernes, 27 de febrero de 2015

La vida Sáttvica por Atman Nityananda

La vida Sáttvica
por Atman Nityananda


 Una vida sáttvica es la fundación del camino espiritual y de una vida sana y llena de paz, luz, amor y armonia.

Por eso uno de los objetivos fundamentales en la vida espiritual es aumentar la cualidad (guna en sánscrito) sattva en nuestra mente y campo energético. El sattva guna es la cualidad de la luz, la inteligencia, la virtud, la claridad y la armonía y nos ayuda a desarollar las capacidades superiores de la mente.

Entonces si el sattva guna predomina en nosotros, creamos la base sobre la cual todas las otras prácticas puedan florecer fácilmente. La capacidad de discernir lo verdedero de lo falso y la capacidad de estar desapegado de los objetos, los pensamientos, las emociones y las situaciones de nuestra vida, se desarollan plenamente en una mente sáttvica. La concentración, la meditación y la auto-indagación, que son las prácticas más importantes para la realización del Ser, se realizan effectivamente solo cuando predomina el sattva guna. El sattva guna hace la mente tranquila, serena, enfocada e introvertida y la hace aspirar por la verdad, la paz y la dicha eterna. Al contrario si predomina el rajas guna, la mente está extrovertida, agitada, distraída y perturbada y por eso no podemos concentrar la mente profundamente en el silencio interior. Bajo el dominio de tamas guna la mente se vuelve inerte, indecisa, nublada, somnolienta y le resulta muy dificil estar alerta y vigilante, aprender y entender.

Para aumentar el sattva guna tenemos que mantener asociaciones sáttvicas en todos los niveles de existencia. Esto significa que las impresiones sensoriales (sonidos, colores, vistas, olores), las comidas, las bebidas, las relaciones, las actividades, los pensamientos, las emociones, el ambiente en que vivimos y trabajamos etc. tienen que ser sáttvicos.

Nuestras comidas y bebidas deben ser sáttvicas al igual que todas las impresiones (leer libros sáttvicos, escuchar musica y canciones sáttvicas, hacer relaciones con personas sáttvicas y maestros espirituales, tener contacto con la naturaleza que es sáttvica etc.)

Por supuesto, nuestro ser (inferior) rajasotamásico con sus tendencias egoistas, sus patrones mentales y emocionales y sus hábitos vitales y corporales quiere seguir repitiendo las mismas cosas mecánica y compulsivamente. Al menos al principio, se resistirá mucho a los cambios que queremos hacer. Y aquí está la importancia de un guia espiritual,  de un centro y maestro espiritual y de las prácticas espirituales· con su ayuda podremos superar los obstáculos, la resistencia y la inertia de nuestros hábitos y patrones subconscientes.

No podemos cambiar todo de repente, pero si hacemos nuestras prácticas espirituales regular y diligentemente y con entusiasmo,  podemos superar todos los obstáculos y todo lo que no impida desarollar las capacidades necesarias para transformar a nosotros mismos.

Es posible que varias veces nos podemos encontrar en situaciones que no son sáttvicas y en condiciones dificiles, que no nos permiten aplicar facilmente nuestras intenciones. Si este es el caso, tenemos que aceptar lo que sucede y hacer lo mejor posible para aliviar de alguna manera la situación hasta que el tiempo nos permita cambiar las cosas. En este caso, las dificultades son un desafío· o serán una opportunidad para nosotros de desarrollar capacidades o una ocasión para quejas y sufrimiento. No podemos siempre evitar el dolor pero el sufrimiento depende de nuestro estado de conciencia, las capacidades psicológicas y la actitud mental.

Paz, Luz y Amor 

jueves, 19 de febrero de 2015

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN Capítulo XV, por F. J. Alexander


"Nadie, sino uno mis­mo, puede salvarse a sí mismo''

“Por consiguiente, levántate. 
Muéstrate diligente y no te detengas hasta alcanzar la meta.'' 

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN
Capítulo XV, por F. J. Alexander


Cuando todo era silencio, apareció en las profundidades de la meditación el Gurú, diciendo: 

“Hijo mío, medita en el Poder que es la forma de la Madre, y luego, trascendiendo cuanto miedo pueda inspirarte dicho Poder, ve más allá de ese Poder; ve al Espíritu de la Madre, que es Paz. No tiembles ante las incertidumbres de la vida. Aunque se te aparezcan todos los aspectos de lo Terrible y se multipliquen por mil, recuerda que sólo pueden afectar al yo físico y nunca al yo es­piritual”.

“Muéstrate tenaz y firme en todas las ocasiones, teniendo plena conciencia de que el Espíritu es indestructible. Toma tu puesto en aquello que es el YO (SER). En nada creas, salvo en aquella Realidad que es innata e idéntica en todos. Permanecerás entonces impertérrito, tanto en la tempestad co­mo en la seducción de las apariencias. Lo que vie­ne y se va no es el YO (SER). Identifícate con el YO (SER), no con la forma. Lo transitorio predomina en el reino de las cosas, en el mundo objetivo; sólo lo perma­nente perdura en aquel reino de la eterna subje­tividad, donde gobierna la conciencia del Espíritu, libre de las formas del pensamiento y los sentidos”.

“Aquello que es Verdadero es inconmensurable, como el vasto océano; nada puede limitarlo o circunscribirlo. Los predicados de existencia no pue­den aplicarse a ese Océano sin costas de la Divini­dad, que se abalanza sobre el YO(SER) —como YO (SER)— en las cumbres de la Realización”.

“La miseria del mundo está en razón directa del deseo. No tengas, pues, afectos ciegos. No te ligues a nada. Aspira a ser; no ambiciones poseer. ¿Puede alguna posesión satisfacer tu Verdadera Naturale­za? ¿Te dejarás ligar por COSAS? Desnudo viniste al mundo; desnudo te irás, cuando te llegue la inti­mación. ¿De qué, entonces, has de sentir falso orgu­llo? Sean tus bienes aquellos tesoros que no perecen. El aumento del Conocimiento Interno es su propia recompensa. Cuanto más perfeccionas tu naturale­za, tanto más fácilmente adquieres aquellos eternos bienes con los cuales, al llegar la hora, conquista­rás el Reino del YO (SER)”.

“Por consiguiente, desde este mismo instante, ve y crece hacia adentro; no hacia afuera. Invierte el orden de la experiencia. Retírate de la vida sen­sual vivida por placer. Espiritualízalo todo. Con­vierte al cuerpo en tabernáculo para el Espíritu y deja que el Alma se revele más y más cada día. Se irá dispersando, entonces, esa oscuridad que es ignorancia; y esa luz, que es la Divina Sabiduría, se irá revelando gradualmente. Todas las fuerzas del universo están a tu espalda, actuando armó­nicamente, para ayudar a tu progreso, sólo con que quieras enfrentar a la Verdad. Como dijo el Señor Buddha: "Sólo los Tathágatas (1) son grandes predicadores; vosotros sois quienes debéis hacer el esfuerzo." Sí, sólo los Maestros pueden transmitir sabiduría; el discípulo DEBE asimilarla; y esta asi­milación es la formación del carácter; es convertir la sabiduría en suya propia. Nadie, sino uno mis­mo, puede salvarse a sí mismo”.

“Por consiguiente, levántate. Muéstrate diligente y no te detengas hasta alcanzar la meta. ¡Tal es el Mandamiento de los Upanishads!” (2)

“Así como la fiera salvaje persigue su presa; así como el esclavo de sus pasiones procura satisfacer su lujuria; o como el que está muriendo de ham­bre anhela comida, y el que se está ahogando pide auxilio, con esa misma intensidad y fortaleza de espíritu busca tú la Verdad. Como el león, a quien no amedrentan los ruidos; como el león, in­trépido y libre; como el león, vaga tú por el mun­do, resuelto a adquirir la Verdad. Para ello se necesitan fuerza infinita e infinita intrepidez. Avan­za sin miedo, sabiendo que todas las limitaciones estallarán para abrirte paso, que todos los cami­nos torcidos se enderezarán, si unes todas las fuer­zas de tu Alma y si, valientemente, arrancas la MÁSCARA”.

“¿Buscas a Dios? Pues sabe que, cuando hayas visto al YO (SER), el YO
(SER) se te revelará como Dios." 

“¡Om Tat Sat!”

¡Y la Voz del Gurú penetró en el Silencio que es Paz, y su forma en el Esplendor que es Dios!

NOTA
1 Tathágatas: los Buddhas, los iluminados.
2 Upanishads: antiguos textos místicos donde se expone la filosofía Vedanta

miércoles, 18 de febrero de 2015

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN - Capítulo V, por F. J. Alexander



''Estoy siempre contigo. Adonde quiera que vayas, yo estoy antes allí.''

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN

Capítulo V, por F. J. Alexander

La Voz del Gurú, que es Dios, habla:

“¡Oye! Estoy siempre contigo. Adonde quiera que vayas, yo estoy antes allí. Vivo para ti. Te hago entrega del fruto de mi realización. Eres el tesoro de mi corazón, la niña de mis ojos. Somos uno en Dios. Nuestro quehacer es la realización. Hasta tal punto siento mi unidad contigo, que no temo arro­jarte al desierto del mundo y a la selva de la duda. Es porque conozco la medida de tus fuerzas. Te envío a recoger experiencia tras experiencia; pero siempre mi ojo te sigue por doquiera vagues. ¿Pe­cas? Pues, pecas en presencia mía. ¿Efectúas accio­nes virtuosas? Las percibo todas. Conozco todos tus modos de ser. Por medio de toda clase de experien­cia y pensamiento, voy apretando los lazos que nos unen. Nada me importa mi salvación a menos que tú participes de ella. Tú eres el YO mío bajo otra forma. Cuanto más absorbes la visión que es mía, tanto más y más crece esa unidad espiritual nues­tra que es la Vida Divina. Caen los velos de las distintas personalidades y tú eres mi propio YO, y mi propio YO es tú. Tan estrechos son los lazos que nos atan. Ni la muerte, ni la separación, pue­den hacer presa en mi relación contigo. Aunque hayas nacido muy lejos y aunque no hayas visto mi forma física, eres, sin embargo, mío propio. No consiste el discipulado en haber visto mi forma, sino en haber comprendido mi voluntad. Jamás po­drás escapar a la red que he echado”.

“Busca cuál es mi voluntad. Sigue la enseñanza que el Maestro me ha dado y que te he transmitido. Ve la misma visión mía. Entonces, te hallarás más en unidad conmigo que si hubieras vivido próximo a los miles de cuerpos que han sido míos. El disci­pulado consiste en una devoción inquebrantable a mi pensamiento y a mi voluntad. Y existe un amor inconmensurable entre nosotros. Ve en paz. Más duros que el diamante son los lazos que unen al Gurú y al discípulo. Son más potentes que la muer­te. Porque están anudados por el Amor Inconmen­surable y la Voluntad Divina y Omnipotente”.

"¡Om Tat Sat!"

¡Tat Tvam Asi!
¡Aham Brahmasmi!”

NOTA:
1 Gurú: instructor, guía espiritual.
2 Tat Tvam Asi! : Soy Eso (Brahman o Atman)
3 Aham Brahmasmi: Yo soy Brahmán.





martes, 17 de febrero de 2015

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN - Capítulo VI, por F. J. Alexander

 
EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN
Capítulo VI, por F. J. Alexander
En la hora de la meditación, hablando consigo misma, dice el alma:

“La Paz reside en el Silencio. Y para lograr esa Paz debes ser fuerte; el silencio llega cuando el tumulto de los sentidos queda aho­gado en lo Poderosa Quietud de la Renunciación. Eres un vagabundo en el desierto del mundo. No te detengas, que podrías perecer a la vera del ca­mino. Constituye tu caravana con buenos pensa­mientos; haz provisión de las Aguas de la Fe Viva. Cuídate de los espejismos. La meta no está allá. No te dejes seducir por el atractivo de las cosas ex­ternas. Renunciándolo todo, ve por aquellos sen­deros que te conduzcan a la soledad del conoci­miento íntimo de ti mismo. No sigas a los muchos que han sido atrapados en la red de la multiplici­dad. Ve por aquellos senderos que huellan los santos y por donde avanzan, solos y separados, ha­cia la Meta de la Unidad. Atrévete a ser valiente. Para vencer basta hacer el esfuerzo inicial. No va­ciles. Zambúllete en la santidad. De un solo y loco salto arrójate al Océano de Dios. La Divinidad es el Fin. ¡Ningún otro fin puede existir para ti en la naturaleza de las cosas, oh tú, refulgente rayo del Ser Resplandeciente!”

“Apresúrate, pues te podrías arrepentir. Fustiga los corceles del celo religioso y de la potente fe. Hazte añicos si fuese necesario. No toleres que nada se interponga en tu sendero. No es tu destino un destino fortuito. Avanza con ánimo firme y fuerte, que tu punto de destino es la Realidad. En verdad, tú mismo eres la propia Realidad. ¡Sé libre! No existe en todo el idioma de la realización del Yo, palabra tan valiosa como: "fuerza". Al principio, al final, y siempre ¡sé fuerte! Sin temor a los cie­los ni a los infiernos, a los dioses ni a los demonios, ¡avanza! Nada logrará vencerte. Dios Mismo se verá obligado a servirte, porque Él se siente atraído por Aquello que está en ti y es Él. Y así, la Unidad resulta ser la Esencia del Sublime e Interno Conocimiento de Aquello que está en ti; —Aquello, que es tu verdadero ser, es Dios. En verdad tú mismo eres Divino”.

“¡Tat Tvam Asi! ¡Hari Om Tat Sat!”

“¡Tienes que creer! ¡Ten fe en tu Yo! ¿Cómo pue­des creer en Dios, si no crees en tu propio YO? Debes salvarte a ti mismo. "Dios ayuda a quienes se ayu­dan a sí mismos". Traba conocimiento con tu YO Real; Júzgalo con criterio espiritual. Comprende que no eres el cuerpo, ni siquiera eres el pensamiento. El pensamiento es el procedimiento para ver, pero el fin es la visión. Por consiguiente, la verdad final es la Realización. El mandato final es: "¡Hombre, conoce tu YO!"; hombre, realiza tu naturaleza. ¡Fe! ¡Fe! ¡Fe! Todo depende de la fe. No de la fe que es creencia, sino de la Fe que es Visión. No existe más pecado que la duda; aprende a rechazar la duda co­mo rechazarías un veneno. El dudar del propio YO es verdaderamente una blasfemia. No temas a na­die, no, ni siquiera a Dios, porque Dios debe ser amado, no temido. ¿Cómo puedes sentir miedo de tu YO? ¡Y Dios es el YO tuyo! ¡Nada existe sino Dios! ¡Y tú eres Aquello! Por consiguiente, ¡Des­pierta, levántate y no te detengas hasta alcanzar la meta! Tal es el Evangelio del Bienaventurado”.

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN - Capítulo X, por F. J. Alexander


EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN
Capítulo X -  por F. J. Alexander

Y habló a mi alma la Voz del Gurú:

“Hombre, ¿dónde está tu fe? ¿Eres acaso una bes­tia para temblar ante cada peligro? ¡Hasta tanto no logres sobreponerte a la idea del cuerpo, no podrás realizar la Verdad! ¿Eres acaso un cadáver? ¿Seguirás siempre danzando en este cieno de su­ciedad física? ¡Sal de tu pequeñez! ¡Avanza! ¡Sé un hombre! ¿Dónde está tu Divinidad, si para siem­pre queda inexpresada? ¿Acaso eres tan impor­tante que el mundo necesite de ti? Vence al yo (ego) con el YO (SER). ¡Sé libre! Si te empeñas en conseguir lo Indestructible, no sentirás el contacto de la muerte, porque habrás perdido el conocimiento de lo que es la muerte. Tuya será la Inmortalidad. El mundo entero ha estado esforzándose por expresar la Realidad; y en ese empeño, el primer éxito con­siste en la formación del carácter. El carácter lo es todo. ¡Construye tu carácter! ¡Construye tu ca­rácter! ¡A cada hora construye tu carácter! ¡Des­cansa en espíritu sobre lo Inmortal, e inmortal lle­garás a ser! Fija tu morada en la Realidad. Y en­tonces no habrá ya nacimiento ni muerte, ni nin­guna de las varias experiencias de la vida, capaz de amedrentarte”.

“¡Suelta tu cuerpol ¡Cesa de adherirte a él! ¡Li­bérate en la mente! El significado entero de la re­ligión y de la ética, es que debemos sobreponernos a la conciencia anima!, encerrada en el sexo y en el miedo, en el dormir y el comer. ¡Suéltala! ¡Deja de asirte a tu cadáver! ¡Llámalo cadáver, considé­ralo como tal a toda hora! No lo recubras con pa­ños de oro. Es inmundo. Sólo el Espíritu es real. La conciencia del Espíritu es la inmortalidad. El pensar pensamientos inmortales te conduce a la Eternidad. ¡Sé valiente! ¡Sé intrépido! ¡Sé resisten­te como el diamante! ¿Deseas realizar a Dios? Pues entonces, hijo mío, no ha de quedarte mucho tiem­po para el cuidado de tu cuerpo. Ahora es el mo­mento: ahora mismo tienes la oportunidad. Eres hijo de la Realidad, tu naturaleza es lo Verdadero. Zambúllete, pues, en las Vivientes Aguas de la Vida del Alma. ¡No temas! ¡Aprende a elevarte por enci­ma de las alegrías o miserias de la vida! ¡Recuerda que eres el Alma! ¡Recuerda que eres el Yo!”

“Desciende a lo más profundo, desciende a las honduras de tu ser. Y verás que eres fuerte. Llega hasta el fondo de tu naturaleza. Allí descubrirás que eres sincero en tu esfuerzo espiritual. ¡Qué importan algunos deslices! Aprende que, tanto el miedo como la debilidad, son físicos; surgen del cuerpo —ese nido de ensueños— pero, en tu natu­raleza íntima, tú eres libre y no sientes miedo. ¡En­tona un canto de fuerza hijo mío! ¡Entona un can­to de fuerza! Eres el hijo de la Inmortalidad. Tu punto de destino es la Realidad. ¿Qué son estas fugaces experiencias de un día, sino fantasmas del Vasto Espejismo? ¡Diviniza la vida o niégala! Poco importa cómo lo logres, con tal que realices la Di­vinidad; lo mismo da que tu método sea positivo o negativo”.

“Y surgió en mi alma un sentimiento de paz. Sur­gió una gran calma; y en su quietud, revelóse de repente el pasivo poder de la Omnipotencia, po­der que todo lo penetra. Era un poder que dio fuerzas a mi alma. Y, en este estado de conciencia, percibí la Voz de mi Gurú, que habló: “Soy la eternidad que está más allá del tiempo, sí, y dentro del tiempo. Tenga o no cuerpo, todo es el Espíritu. 
En el corazón existe siempre la Uni­dad. En el corazón existe siempre la Paz. Muy por debajo de la tempestad desencadenada en la super­ficie, muy por debajo de las olas de multiplicidad y lucha, y del dolor que de ambas deriva, está la Corriente Submarina de la Realidad”.

“¡Tat Tvam Asi! ¡Tat Tvam Asi!”