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viernes, 27 de febrero de 2015

La vida Sáttvica por Atman Nityananda

La vida Sáttvica
por Atman Nityananda


 Una vida sáttvica es la fundación del camino espiritual y de una vida sana y llena de paz, luz, amor y armonia.

Por eso uno de los objetivos fundamentales en la vida espiritual es aumentar la cualidad (guna en sánscrito) sattva en nuestra mente y campo energético. El sattva guna es la cualidad de la luz, la inteligencia, la virtud, la claridad y la armonía y nos ayuda a desarollar las capacidades superiores de la mente.

Entonces si el sattva guna predomina en nosotros, creamos la base sobre la cual todas las otras prácticas puedan florecer fácilmente. La capacidad de discernir lo verdedero de lo falso y la capacidad de estar desapegado de los objetos, los pensamientos, las emociones y las situaciones de nuestra vida, se desarollan plenamente en una mente sáttvica. La concentración, la meditación y la auto-indagación, que son las prácticas más importantes para la realización del Ser, se realizan effectivamente solo cuando predomina el sattva guna. El sattva guna hace la mente tranquila, serena, enfocada e introvertida y la hace aspirar por la verdad, la paz y la dicha eterna. Al contrario si predomina el rajas guna, la mente está extrovertida, agitada, distraída y perturbada y por eso no podemos concentrar la mente profundamente en el silencio interior. Bajo el dominio de tamas guna la mente se vuelve inerte, indecisa, nublada, somnolienta y le resulta muy dificil estar alerta y vigilante, aprender y entender.

Para aumentar el sattva guna tenemos que mantener asociaciones sáttvicas en todos los niveles de existencia. Esto significa que las impresiones sensoriales (sonidos, colores, vistas, olores), las comidas, las bebidas, las relaciones, las actividades, los pensamientos, las emociones, el ambiente en que vivimos y trabajamos etc. tienen que ser sáttvicos.

Nuestras comidas y bebidas deben ser sáttvicas al igual que todas las impresiones (leer libros sáttvicos, escuchar musica y canciones sáttvicas, hacer relaciones con personas sáttvicas y maestros espirituales, tener contacto con la naturaleza que es sáttvica etc.)

Por supuesto, nuestro ser (inferior) rajasotamásico con sus tendencias egoistas, sus patrones mentales y emocionales y sus hábitos vitales y corporales quiere seguir repitiendo las mismas cosas mecánica y compulsivamente. Al menos al principio, se resistirá mucho a los cambios que queremos hacer. Y aquí está la importancia de un guia espiritual,  de un centro y maestro espiritual y de las prácticas espirituales· con su ayuda podremos superar los obstáculos, la resistencia y la inertia de nuestros hábitos y patrones subconscientes.

No podemos cambiar todo de repente, pero si hacemos nuestras prácticas espirituales regular y diligentemente y con entusiasmo,  podemos superar todos los obstáculos y todo lo que no impida desarollar las capacidades necesarias para transformar a nosotros mismos.

Es posible que varias veces nos podemos encontrar en situaciones que no son sáttvicas y en condiciones dificiles, que no nos permiten aplicar facilmente nuestras intenciones. Si este es el caso, tenemos que aceptar lo que sucede y hacer lo mejor posible para aliviar de alguna manera la situación hasta que el tiempo nos permita cambiar las cosas. En este caso, las dificultades son un desafío· o serán una opportunidad para nosotros de desarrollar capacidades o una ocasión para quejas y sufrimiento. No podemos siempre evitar el dolor pero el sufrimiento depende de nuestro estado de conciencia, las capacidades psicológicas y la actitud mental.

Paz, Luz y Amor 

martes, 17 de febrero de 2015

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN - Capítulo VI, por F. J. Alexander

 
EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN
Capítulo VI, por F. J. Alexander
En la hora de la meditación, hablando consigo misma, dice el alma:

“La Paz reside en el Silencio. Y para lograr esa Paz debes ser fuerte; el silencio llega cuando el tumulto de los sentidos queda aho­gado en lo Poderosa Quietud de la Renunciación. Eres un vagabundo en el desierto del mundo. No te detengas, que podrías perecer a la vera del ca­mino. Constituye tu caravana con buenos pensa­mientos; haz provisión de las Aguas de la Fe Viva. Cuídate de los espejismos. La meta no está allá. No te dejes seducir por el atractivo de las cosas ex­ternas. Renunciándolo todo, ve por aquellos sen­deros que te conduzcan a la soledad del conoci­miento íntimo de ti mismo. No sigas a los muchos que han sido atrapados en la red de la multiplici­dad. Ve por aquellos senderos que huellan los santos y por donde avanzan, solos y separados, ha­cia la Meta de la Unidad. Atrévete a ser valiente. Para vencer basta hacer el esfuerzo inicial. No va­ciles. Zambúllete en la santidad. De un solo y loco salto arrójate al Océano de Dios. La Divinidad es el Fin. ¡Ningún otro fin puede existir para ti en la naturaleza de las cosas, oh tú, refulgente rayo del Ser Resplandeciente!”

“Apresúrate, pues te podrías arrepentir. Fustiga los corceles del celo religioso y de la potente fe. Hazte añicos si fuese necesario. No toleres que nada se interponga en tu sendero. No es tu destino un destino fortuito. Avanza con ánimo firme y fuerte, que tu punto de destino es la Realidad. En verdad, tú mismo eres la propia Realidad. ¡Sé libre! No existe en todo el idioma de la realización del Yo, palabra tan valiosa como: "fuerza". Al principio, al final, y siempre ¡sé fuerte! Sin temor a los cie­los ni a los infiernos, a los dioses ni a los demonios, ¡avanza! Nada logrará vencerte. Dios Mismo se verá obligado a servirte, porque Él se siente atraído por Aquello que está en ti y es Él. Y así, la Unidad resulta ser la Esencia del Sublime e Interno Conocimiento de Aquello que está en ti; —Aquello, que es tu verdadero ser, es Dios. En verdad tú mismo eres Divino”.

“¡Tat Tvam Asi! ¡Hari Om Tat Sat!”

“¡Tienes que creer! ¡Ten fe en tu Yo! ¿Cómo pue­des creer en Dios, si no crees en tu propio YO? Debes salvarte a ti mismo. "Dios ayuda a quienes se ayu­dan a sí mismos". Traba conocimiento con tu YO Real; Júzgalo con criterio espiritual. Comprende que no eres el cuerpo, ni siquiera eres el pensamiento. El pensamiento es el procedimiento para ver, pero el fin es la visión. Por consiguiente, la verdad final es la Realización. El mandato final es: "¡Hombre, conoce tu YO!"; hombre, realiza tu naturaleza. ¡Fe! ¡Fe! ¡Fe! Todo depende de la fe. No de la fe que es creencia, sino de la Fe que es Visión. No existe más pecado que la duda; aprende a rechazar la duda co­mo rechazarías un veneno. El dudar del propio YO es verdaderamente una blasfemia. No temas a na­die, no, ni siquiera a Dios, porque Dios debe ser amado, no temido. ¿Cómo puedes sentir miedo de tu YO? ¡Y Dios es el YO tuyo! ¡Nada existe sino Dios! ¡Y tú eres Aquello! Por consiguiente, ¡Des­pierta, levántate y no te detengas hasta alcanzar la meta! Tal es el Evangelio del Bienaventurado”.

viernes, 6 de febrero de 2015

OM! AMOR Y SEXUALIDAD - PARTE I por Omraam Aivanhov

AMOR Y SEXUALIDAD - PARTE I
por Omraam Aivanhov

Pregunta: «Maestro, ¿querría usted decimos la diferencia que existe entre el amor y la sexualidad, y cómo podemos utilizar la sexualidad en la vida espiritual?»
He aquí una pregunta muy interesante, que atañe a lo más importante que hay en la vida, y que concierne a todo el mundo. Sí, tanto a los jóvenes como a los viejos...
En principio, parece difícil separar la sexualidad del amor. Todo viene de Dios, y todo lo que se manifiesta a través del hombre como energía es, en su origen, una energía divina; pero esta energía produce efectos diferentes según el conductor a través del cual se manifiesta.

Podemos compararla con la electricidad. La electricidad es una energía de la que ignoramos su naturaleza, pero cuando pasa a través de una lámpara se convierte en luz; al pasar por un radiador, se manifiesta como calor; al pasar por un imán se convierte en magnetismo; al pasar por un ventilador se transforma en movimiento.
De la misma manera, existe una fuerza cósmica original que adopta uno u otro aspecto según el órgano del hombre a través del cual se manifiesta. A través del cerebro, se convierte en inteligencia, raciocinio; a través del plexo solar o del centro Hara, se convierte en sensación y sentimiento; cuando pasa por el sistema muscular, se manifiesta como movimiento; y cuando pasa por los órganos genitales, se traduce en atracción por el otro sexo. Pero siempre es la misma energía.

La energía sexual viene, pues, de muy alto, pero al pasar por los órganos sexuales, produce sensaciones, una excitación, un deseo de acercamiento, y cabe perfectamente que en esas manifestaciones no haya absolutamente ningún amor. Es lo que ocurre en los animales. En ciertos períodos del año, se acoplan, pero ¿lo hacen por amor? A veces se destrozan, y en cierta clase de insectos, como la mantis religiosa, o en ciertas arañas, la hembra se come al macho. ¿Es eso amor? No, es pura sexualidad.

El amor comienza cuando esta energía pulsa al mismo tiempo otros centros en el hombre: el corazón, el cerebro, el alma y el espíritu.
Llegado a ese punto, esta atracción, este deseo que tenemos de unirnos a  alguien, se clarifica, se ilumina mediante pensamientos y sentimientos, mediante un gusto estético; ya no buscamos una satisfacción puramente egoísta en la que no contamos en absoluto con la pareja.

El amor es sexualidad, si así lo queréis, pero expandida, iluminada,  transformada. El amor posee tal cantidad de grados y manifestaciones, que resulta imposible enumerado y clasificarlas. Puede ocurrir, por ejemplo, que un hombre ame a una joven y bella mujer, pero sin ser apenas atraído físicamente por ella: él quiere, por encima de todo, verla feliz, con buena salud, instruida, rica, bien situada en la sociedad, etc.... ¿Cómo explicar eso? Eso no es únicamente sexualidad, sino amor; y es, por lo tanto, un grado superior. Pero debe haber, a pesar de todo, un poco de sexualidad en este amor, porque podemos hacemos la siguiente pregunta: ¿Por qué este hombre no se ha unido a otra persona, a una mujer vieja y fea, o "a otro hombre? Sí, si analizamos, descubriremos indicios de sexualidad.

La sexualidad... el amor... no son, porto, más que una cuestión de grados. Es amor en el momento en que no os quedáis solamente con algunas groseras sensaciones físicas, sino' que sentís los grados superiores de esta fuerza cósmica que os invade, y comunicáis con las regiones celestes. Pero, c1!iánta gente, una vez saciado su deseo, se separa o incluso empieza a pelearse. Lo único importante para ellos es descargar, liberar una tensión, y si al cabo de algún tiempo esta energía se acumula de nuevo en ellos, vuelven sonrientes y tiernos, pero el único fin es el de satisfacer de nuevo su animalidad. ¿Qué amor hay ahí?

Es normal que tengamos necesidades  y deseos, sobre todo cuando  somos jóvenes. La naturaleza, que lo ha previsto todo, ha creído que eso era necesario para la propagación de la especie. Si el hombre y la mujer se quedasen fríos el uno ante el otro, si estuviesen libres de sus impulsos e instintos, se habría terminado la humanidad. Es, por lo tanto, la naturaleza la que empuja a las criaturas a unirse físicamente, pero el amor es otra cosa.

Podríamos decir que la sexualidad es una tendencia puramente egocéntrica que empuja al ser humano a no buscar nada más que su placer, y ello puede llevarle a la mayor crueldad, porque él no piensa en el otro, sólo busca satisfacerse.
Mientras que el amor, el verdadero amor, piensa en primer lugar en la felicidad del otro, está basado en el sacrificio; sacrificio de tiempo, de energía, de dinero para ayudar al otro, para permitirle expansionarse y desarrollar todas sus posibilidades;
Y la espiritualidad comienza, precisamente, cuando el amor domina a la sexualidad, cuando el ser humano se vuelve capaz de arrancar algo de sí mismo para el bien del otro. Mientras no se es capaz de privarse de algo, no hay amor.
Cuando un hombre se arroja sobre una joven, ¿piensa en el daño que puede hacerle? No, él es capaz de matarla para satisfacer sus instintos. Eso es la sexualidad, un instinto puramente bestial. Diréis: «Es evidente, no hay nada de divino ahí» Sí, pero la sexualidad es de origen divino, sin embargo, mientras el ser humano no sepa dominarse, sus manifestaciones, evidentemente, no son divinas.

Lo que hay de positivo en la sexualidad es que trabaja en la propagación de la especie, pero si sólo la orientamos hacia el placer, la desperdiciamos. Actualmente se han inventado cosas increíbles en ese campo. Está la píldora, naturalmente, pero también se venden una gran cantidad de productos y de objetos que ni siquiera quiero nombrar. No se trata aquí de la propagación de la especie, sino exclusivamente del placer. No me detendré en esta cuestión para discutir si esas cosas deben existir o no.
En el actual estado de la humanidad, incluso los moralistas y los religiosos encuentran necesario e inevitable que existan, porque la naturaleza inferior, la naturaleza animal en el hombre, es todavía tan fuerte, que si no la dejáramos manifestarse, produciría fenómenos todavía más perjudiciales. Por lo tanto, no quiero discutir sobre ello, digo únicamente que es una pena que no se instruya a los humanos sobre las ventajas de controlar esta energía, y de utilizarla para un fin divino o para realizar trabajos espirituales, en lugar de recurrir a todo tipo de productos y de utensilios para encenagarse en el placer.

En sus manifestaciones externas no ha  ningún tipo de diferencia entre el amor y la sexualidad; son los mismos gestos, los mismos abrazos, los mismos besos... La diferencia está en la dirección que toman las energías. Cuando únicamente os impulsa la sensualidad, no os preocupáis de la otra persona, mientras que si la amáis, pensáis, sobre todo, en hacerla feliz.
La sexualidad y el amor no se diferencian mucho en el plano físico, solamente se diferencian en el plano invisible, psíquico, espiritual. Y, ¿cómo? Eso es precisamente lo que quiero revelaros.  Aquellos que han estudiado la cuestión de la sexualidad, los fisiólogos, los psiquíatras, los psicólogos, no han descubierto lo que pasa en el mundo sutil, etérico, durante el acto sexual. Ellos saben que se producen excitaciones, tensiones, emisiones, e incluso las han clasificado.
Pero no saben que cuando se trata de la sexualidad puramente física, biológica, egoísta, se producen en los planos sutiles todo tipo de erupciones volcánicas que se manifiestan bajo formas groseras, emanaciones muy densas con colores deslucidos, inarmónicos, donde predomina el rojo, pero un rojo sucio... Y todas esas emanaciones se precipitan en la Tierra donde criaturas tenebrosas esperan para comer y darse un festín con esas energías vitales. Son criaturas poco evolucionadas que, a menudo, se alimentan juntos a los enamorados. Os sorprendéis, pero es la verdad; los enamorados dan festines en el mundo invisible.

En el pasado, generalmente, con ocasión de un nacimiento, de una boda o una victoria, los reyes y príncipes daban festines públicos que duraban varios días. Entonces, todos los mendigos, los vagabundos, los desheredados, iban a satisfacerse, porque distribuían comida a todo el mundo. Como podéis ver, se repite el mismo fenómeno, pero bajo una forma que la ciencia todavía no ha descubierto.
Cuando un hombre y una mujer se atraen, se aman y se unen, también dan un festín, y éste se ofrece públicamente ante muchas otras criaturas. Aunque su unión quede en secreto, reciben visitas del mundo invisible, y desgraciadamente se trata de larvas elementales que vienen a deleitarse a sus expensas y a absorberlo todo, porque en esas efusiones había muy pocos elementos para el alma, para el espíritu, para el lado divino. Por esa razón, los intercambios que hacen los enamorados raramente les aportan grandes beneficios; al contrario, incluso se empobrecen: en su mirada, en el color de su cara, en sus movimientos y en toda su manera de ser, aparece algo que no es tan vivo y luminoso. Es porque su amor, todavía demasiado inferior, ha atraído criaturas tenebrosas.
¿Por qué no invitaron a los espíritus de la naturaleza o incluso a los ángeles y a todos los espíritus luminosos que también tienen necesidad de alimentarse?..
Cuando un mago quiere hacer una ceremonia, comienza por trazar un círculo alrededor de sí mismo para protegerse, y los espíritus malignos están ahí, dando vueltas a su alrededor, amenazándole e intentando dañarle, pero no pueden entrar, porque en ese círculo el mago está protegido como en una fortaleza. Pero nunca hemos enseñado a los hombres ni a las mujeres a protegerse de las entidades tenebrosas; ello me llevó un día a decir algo muy osado: que la raíz de todas las desgracias de la humanidad es el amor inferior de los hombres y las mujeres.
Sí, si se producen guerras y epidemias es a causa de aquellos que hacen el amor como animales, de forma estúpida, desagradable, infernal. Porque de esa manera vitalizan a todos los espíritus deseosos de hacer mal a la humanidad, les alimentan, les dan fuerza. Si los hombres y mujeres supieran esto, estarían tan tristes y se sentirían tan desgraciados y asqueados por lo que hacen, que intentarían aprender cómo amar.

La espiritualización del amor es la condición básica para la venida del Reino de Dios. Por lo tanto, aquellos que ven claro, aquellos que tienen un alto ideal del amor, que sepan que pueden servir al Reino de Dios con esta fuerza que es la energía sexual; así pues, que se amen, que se besen, pero con la idea de consagrar este amor a la realización de algo divino. En ese momento producirán emanaciones de tal belleza, que los mismos ángeles quedarán sorprendidos, maravillados, y vendrán a aportarles regalos.

Por lo tanto, lo repito, sea cual fuere la naturaleza de vuestro amor, los gestos son siempre los mismos: debéis acercaras al ser que amáis, abrazarle, besarle, acariciarle; no cambia nada. La diferencia está en la intención de los gestos, eso es lo que cuenta. Alguien dirá: « ¡Ah! Yo he visto a tal besar a cual», y les condena. El Cielo no mira eso, sino que mira lo que han puesto en su beso: si ellos se han dado algo bueno, puro, el Cielo les recompensa. En la tierra posiblemente se les condena por ignorancia, pero en lo alto se les recompensa.

Si introducís en vuestro amor la vida eterna, la inmortalidad, la pureza, la luz, y aquél a quien amáis crece, avanza y se expande gracias a vosotros, entonces es verdaderamente amor, porque el verdadero amor lo mejora todo. Pero si amáis a alguien y él va menguando, debéis cuestionaros sobre la bondad de vuestros sentimientos y deciros: «He aquí que estoy empujando a este ser al abismo. Antes era magnífico y ahora es una ruina». No tenéis, por lo tanto, motivo para estar muy orgullosos, y debéis buscar la manera de reparar vuestros errores.

Vuestro amor debe hacer crecer a los demás. Y únicamente cuando les veáis expandirse gracias a vuestro amor, podéis ser felices, sentiros orgullosos y dar gracias al Cielo por haber conseguido ayudarles y protegerles. Pero, en general, la gente no se ocupa de esas cosas, y enseguida vienen a decirme: «La amo, la amo... - Sí, respondo, ya sé que la amáis, pero como a una gallina que metéis en la cazuela para comerla: la amáis, la devoráis, y punto». No, el amor no debe nunca devorar ni arruinar a los seres ... Ved que el amor, tal como yo lo entiendo, es muy diferente de cómo la gente o la juventud, que no Ten muy claro, pueden imaginar.

Los humanos no saben amar, y para justificarse me dirán: «Maestro, usted no conoce la naturaleza humana, es terrible». Ah, bueno, así que yo no conozco la naturaleza humana... Pero yo les responderé que de la misma manera que han convertido la naturaleza humana en algo difícil de dominar, también pueden volverla sensata y ennoblecerla. En el pasado no se esforzaron, como consecuencia, ahora han recibido una naturaleza muy difícil. Así es como se explica; es culpa suya, imposible justificarse. Muchos deciden no esforzarse más porque creen que no es posible cambiar. Sí, es posible. Y de ahora en adelante, cuando os encontréis ante grandes obstáculos, debéis decir: «El Maestro nos ha hablado de este amor y quiero llegar a conocerlo».
¿Por qué objetar que la realidad es diferente de como os la presento? Eso es: la realidad, ¡como si esa palabra pudiese excusarlo todo! Pero hay realidades y realidades. Yo no niego que la sexualidad sea una realidad, pero, ¿por qué quedarse en esta realidad tan inferior y grosera? Existe otro grado de realidad también, sólo que más sutil. Ciertos seres han llegado a entender y a vivir esta realidad, y ahora, por nada del mundo podréis convencerles para que la abandonen y vuelvan hacia atrás, porque no quieren. Pero, desgraciadamente, tampoco podéis convencer a los demás para que intenten elevar el grado de su amor; ellos descuidan todas esas grandes verdades que pueden salvarles, continúan descendiendo hacia la animalidad, y luego, evidentemente, se encuentran destrozados. Es normal, su amor sólo podía ser maravilloso durante algunos minutos; después todo es ceniza, escoria. Decimos: « ¡Era tan bello!» Sí, lo era... pero ya no lo es, no ha durado; el oro se convirtió en plomo. Mientras que el amor celeste sigue siendo eternamente oro, nada puede oxidarlo.

El hombre tiene una herencia y debe luchar contra ella; desde hace miles de años, el género humano se ha ido formando un determinado concepto de amor que ha quedado grabado en nuestras células y es difícil borrarlo. Pero, a pesar de que no consigáis transformar vuestra concepción del amor de un día para otro, no debéis dejar de creer lo que dicen los grandes Maestros. El que no consigáis cambiar, significa simplemente que estáis deformados o que sois débiles, pero no que los Iniciados os engañen.

Cuantas más tendencias inferiores tengáis, más obligados estaréis a satisfacerlas. Pero eso no debe impediros creer que es posible mejorar. Y el día en que consigáis desarrollar otras tendencias sublimes y divinas, nadaréis en el océano del Amor Cósmico, mientras que antes os alimentabais de algunas gotas esparcidas por aquí y por allá. (Y todavía para encontrarlas, ¡qué vida de decepciones y desgracias!) Ahora que estáis sumergidos en este océano cósmico, bebed de él y no tendréis necesidad de ir a robar algunas gotas de amor a los demás. Yo sé que lo que digo será incomprensible para algunos. Pero que hagan lo que puedan, con la esperanza de que después de algunas encarnaciones llegarán a transformar su amor. ¡No hay que violentarse! A aquellos que ya trabajaron en otras encarnaciones, les es más fácil contentarse con poca cosa en el plano físico, e incluso liberarse inmediatamente y gozar del amor en lo alto, en el plano espiritual.

Evidentemente, son pocos los seres capaces. ¡Cuántos religiosos hicieron votos de castidad sin saber exactamente lo que hacían! Eran muy jóvenes, no se conocían, ni conocían la naturaleza humana, y un día, cuando los instintos y las pasiones despertaron, se ahogaron. ¡Qué tragedia! Sí, ¡qué tragedias en los conventos, tanto para los hombres como para las mujeres! Es mejor casarse y tener hijos que atormentarse en un convento diciendo ser la novia de Jesús, pero cometiendo adulterio en la imaginación con todos los demás. En ese caso, es mejor salirse de los conventos. El Señor es mucho más generoso. Nunca pidió que nos consagremos a Él si para ello debemos vivir atormentados. Él prefiere que hagamos el bien teniendo una mujer - o un marido - e hijos, antes que vivir una vida caótica, desordenada, ensuciando la atmósfera con todos nuestros deseos insatisfechos.


Incluso los santos y santas han sido atormentados toda su vida por la energía sexual, y apenas al final han encontrado la paz. Santa Teresa de Ávila era muy apasionada. Santa Teresa de Jesús nunca sabremos cómo vivió, ni qué tentaciones tuvo que vencer. Ella no era como nos la han presentado: una jovencita graciosa, con cara dulce y delicada. No; su naturaleza era fuerte y poderosa. Yo admiro y amo mucho a Santa Teresa, pero no estoy de acuerdo con la manera inexacta como nos la han presentado.

EXTRACTO DE LIBRO : LA ENERGIA SEXUAL - O EL DRAGON ALADO

Paz, Luz y Amor

viernes, 30 de enero de 2015

om! Love and sexuality Omraam Mikhael Aivanhov

Love and sexuality
Omraam Mikhael Aivanhov

"Love is impossible to define or explain, it is all things at once... a power, a principle, an emotion, a feeling, a powerful force, inspiration, understanding, everything comes under the heading of love. But for love to be effective you must understand what it is, you must think of it as an instrument, a magic power you can always make use of. For instance when nothing is going right, when you are sad or discouraged and disillusioned, when you think everything is lost and the world is against you then the only thing that will help you is love. Whatever happens to you the solution is to go on loving, loving all creation, all humanity. The greatest philosophy, the greatest wisdom and light, are hidden in the words: never stop loving."
Relationships, love and sexuality are issues which humanity continues to struggle to fully understand. Without a new spiritual understanding of love and sexuality we will continue to suffer, relationships will fail and the true happiness love can bring will continue to be an unreachable dream.
The teaching shows that men and women are reflections of the divine principles which like the union of spirit and matter create a very powerful union which raises their love to new heights and is a source of inspiration for all.
"The next time you take someone in your arms, try to project them all the way to heaven and link them to the higher. A man should address himself to the Divine Mother through his beloved and she should address herself to the Heavenly Father through him, instead of limiting their exchanges to the lower regions, both of them will be linking themselves to the Source. In this way both of you take the riches God has given you, life, and the emanations and warmth of mutual love, and instead of using them for your own pleasure, you drink together the purest form of love from the highest source.”
Sexual energy is a great gift, the source of our life force and supports the continuation of humanity.
It can be likened to combustible fuel which if used wisely and directed towards a spiritual ideal propels us to a higher form of love which brings lasting joy, inspiration and fulfilling relationships.
“The sexual force is a gift from God, it is we who must learn how to use it. Countries which have great deposits of coal or oil under their soil have become immensely rich because they make use of their resources. Those who do not know how to use them, burn them. In the same way, the sexual force is an energy which we must learn to use so that we can turn on the lights, light the fires and set all the engines within us in motion.”
Whether one chooses to be single or in a relationship, sublimation of the sexual force is a work which reaps immeasurable rewards. Repression or promiscuity both have undesirable consequences but there is a third solution. With a commitment to a high spiritual ideal and by linking ourselves to our soul and spirit we can transform our sexual energy to develop our fullest potential as human beings and to bring heaven down to earth.
“To master the sexual force you must have a high ideal, a tremendous love for perfection, purity and beauty. This is not easy and needs an entire science if you are to succeed. Without a high ideal, without an aspiration to live the divine life, it is not worth struggling against the sexual force because you will not succeed in sublimating it. You will only repress and this is not a solution to the problem of sexuality. Only a tremendous love for a high ideal will allow you to sublimate your energies.”
Satisfaction of the sexual instinct is one of the greatest sources of pleasure a human being experiences – but it comes at a price and is transitory. By changing our attitude towards intimate relations, and considering them a spiritual work, then pleasures of a more lasting and divine nature can be experienced.
“The secret of control, the secret of sublimation, is to seek work not pleasure. You say “But suppose I hold my love in my arms… what’s the point if I’m not looking for pleasure?.
There can be joy, there can be inspiration, there can be wonder and ecstasy, if you have a heightened consciousness …. is that not more than pleasure? When a man and woman are together sharing a divine emotion, without being carried away, then their communion, this tenderness between them, is something so expressive, so beautiful. It is a form of pleasure of course, but superior pleasure, something divine which makes them immortal.”
“The Kingdom of God will only come on earth when human love is made more spiritual. May those who are enlightened and who have a high ideal in love, know they can work for the Kingdom of God with their sexual energy. May they love each other, embrace each other, but always with the idea that this love is dedicated to the realization of something divine. If they do this, they will produce such beautiful emanations that the angels themselves will be amazed and in their delighted wonder, will bring all sorts of gifts to lovers.
The quotes above are taken from:

 Source: http://www.dovesnest.org/loveandsexuality.html

domingo, 28 de diciembre de 2014

No hay ni placer ni felicidad en los objetos sensoriales, por Atman Nityananda


No hay ni placer ni felicidad
en los objetos sensoriales
por Atman Nityananda

El Alma la felicidad y los deseos

Es verdad que en los objetos sensoriales no hay ni felicidad ni placer. Además no hay dos tipos de felicidad. La felicidad es un atributo de nuestra Alma (Consciencia) y podemos experimentarla cuanto nuestra mente está calmada y introvertida. La mente sosegada y enfocada en su fuente (consciencia) refleja naturalmente la dicha eterna y infinita que ya somos. Pero hay dos maneras experimentar la felicidad que ya somos. Directa y conscientemente a través de la meditación o cuando el ego es totalmente eliminado. Parcial e inconscientemente a través del cumplimiento de los deseos. Cuando un deseo se cumple la mente se vuelve, por un tiempo, calmada, concentrada e introvertida. En este estado mental la mente refleja naturalmente la felicidad de nuestro Ser interior o Consciencia. Pero nosotros no lo reconocemos porque el ego (junto con la tamas guna) pone un velo en este proceso y pensamos que experimentamos felicidad porque hemos conseguido el objeto deseado. A causa de esta ilusión estamos convencidos que la felicidad que experimentamos cuando cumplimos el deseo se proviene del objeto mismo. Y este engaño nos hace buscar la felicidad una y otra vez en los objetos y las situaciones exteriores.

El disfruto, el placer y el sufrimriento

En este mundo hay solo un placer, el placer sexual. Entonces la única manera para experimentar placer es hacer el amor. Pero a causa del órgano 'kundabuffer' y del orgasmo el placer sexual está ahora cristalizado en nuestro cambo energético como lujuria y pasión y asume la forma del deseo. Esta energía de pasión se proyecta no solo a los hombres y las mujeres sino también a otros objetos sensoriales. Por ejemplo, nuestro ego proyecta la pasión y la lujuria a la comida o la bebida. Entonces, cuando por ejemplo comemos un pastel que nos gusta, el placer que experimentamos no tiene nada que ver con el pastel sino es una proyección de nuestra pasión en ello. La lujuria que nos impulsa comer el pastel, en el momento que lo comemos se proyecta en ello asumiendo la forma del placer. Así cuando comemos el pastel experimentamos una sensación agradable junto con una sensación de placer.

Teniendo en cuenta que nuestra mente discriminativa está hipnotizada por la lujuria creemos que el pastel nos da placer mientras en realidad experimentamos solo nuestra lujuria o pasión sexual modificada y proyectada en la comida. La sensación agradable es un proceso natural y muy distinto del placer. El pastel puede ser agradable o desagradabe por distintas razones y en diferentes condiciones pero nunca puede ser placentero.

 Creyendo que el placer se deriva de los objetos se desarrolla poco a poco en nosotros el apego y la adicción a los placeres sensuales. Asì la lujuria nos impulsa, una y otra vez, a buscar y experimentar los mismos placeres a través de los mismos objetos - o otros similares. En realidad el ego sustituye  el placer sexual a través experiencias placenteras relacionadas con las comidas , las bebidas,  o otros objetos.

 Cuando no tenemos lo que deseamos o cuando perdimos el objeto querido nos sentimos desilusionados, tristes, incompletos, inquietos, descontentos, y experimentamos angustia, carencia,  etc. Todas estas emociones no tienen nada que ver con nosotros mismos (nuestra Alma o nuestra mente pura), son solo modificaciones de la energía de la lujuria que quiere siempre experimentar placer. Por eso, la única manera de liberarnos de las emociones anteriormente mencionadas  y todas las demás  (como ira, depresión, miedo, ansiedad, impaciencia, etc.), es eliminar la energía de la lujuria. Sin lujuria no hay apego ni sufrimiento.

Eliminar la lujuria no significa que tenemos que abandonar el disfrute de los objetos sensoriales. Una vez eliminada la lujuria podremos disfrutar los objetos sensoriales tal como son, sin proyectar sobre ellos la pasión ilusoria que está registrada en nuestro cambo energético. Además no experimentaremos sufrimiento en la carencia o la perdida de los objetos. Sin lujuria y deseos experimentaremos naturalmente y sin ningún esfuerzo la paz y la dicha de nuestra alma.

El rajas y tamas gunas causan la ilusión

La proyección de felicidad y placer en los objetos externos ocurre debido a la potencia de rajas guna y no podemos ser conscientes de ello ya que el tamas guna la encubre. Esto sucede en un abrir y cerrar de ojos y por eso es muy difícil para la mayoría ser consciente de ello.

El sattva guna el discernimiento e la indagación nos liberan de la ilusión y el sufrimiento.

 Cuando, por el aumento de la cualidad sattva en nuestra mente y por la discriminación (discernimiento) e indagación, nos demos cuenta de esta proyección ilusoria  comprenderemos que la felicidad no tiene nada que ver con los objetos sensoriales y que nuestro sufrimiento se debe a la energía de pasión y la lujuria que llevamos en nuestra psique. Con esta realización surgirá naturalmente en nosotros el desapego y el desapasionamiento (indiferencia) hacia los placeres sensuales. Finalmente a través el desapego, el discernimiento y la  meditación profunda podémos liberar nuesta mente totalmente de las energías del deseo y de la lujuria.

Cuanto nuestra mente está libre de pasión y lujuria, se hace tranquila y sosegada, clara,  aguda y se descansa naturlmente en su fuente (el Alma, Consciencia) y experimentamos paz y bienaventuranza sin limites.
 
  Paz, Luz y Amor

sábado, 6 de diciembre de 2014

Los placeres y la busqueda de la felicidad por Atman Nityananda


Los placeres y la busqueda de la felicidad
por Atman Nityananda


A causa de la ignorancia de nuestra naturaleza verdadera (que es felicidad, libertad, plenitud, paz y amor absoluta) buscamos la felicidad y la plenitud fuera de nosotros en objetos sensoriales, relaciones, posesiones y en todas las situaciones mundanas que consideramos agradables o favorables para nuestro bien.

Pero las cosas del mundo son finitas y condicionadas y pueden ser sólo agradables o desagradables, placenteras y dolorosas, no contienen ni felicidad, ni plenitud. Además están sujetas al nacimiento y la muerte y un dia tendremos que perder todas las cosas -incluso nuestro cuerpo.

Es muy obvio que no podemos experimentar amor, libertad, paz y bienaventuranza que son infinitas, a través de las cosas y las experiencias que son limitadas, finitas y condicionadas. Lo que es finito no puede darnos algo infinito. Solo lo que es infinito puede darnos la experiencia de infinidad· solo lo que es bienaventuranza puede darnos la experiencia de la bienaventuranza· solo lo que es libertad puede liberarnos de las ilusiones creadas por el ego y sus vanos deseos. 

Nosotros creemos que las cosas del mundo nos hacen felices debido a la falta de discernimiento y al velo que pone en nuestra mente la cualidad tamas (tamas guna en sánscrito, es la cualidad que oscurece y cubre la verdad). La cualidad tamas tiene la capacidad de ocultar la verdadera naturaleza de nuestras experiencias así como nuestro Ser. 

¡La mayor ilusión es la creencia que la felicidad que experimentamos cuando logramos un objeto (o una situación) que deseabamos, se debe a este objeto o esta situación que acabamos de lograr! Pero esto no es verdad, es solo una ilusión creada por el ego mismo y el tamas guna. Lo que pasa cuando ya tenemos lo que deseamos es que la mente temporalmente se calma y descansa en su centro (la consciencia) y en esta condición la mente disfruta parcialmente de la felicidad y la plentitud de la consciencia. Pero, debido al tamas guna y al engaño del ego, creemos que la felicidad que sentimos se debe al objeto mismo y por eso seguimos buscando la felicidad en los placeres sensoriales, donde hay un poquito de placer ilusorio mezclado con mucho sufrimiento.

Las cosas del mundo pueden contribuir a nuestro bienestar solo bajo ciertas condiciones y de una manera limitada. Por ejemplo, si usamos nuestra mente, energía, cuerpo y sentidos concientemente y de una manera apropiada en relación a los objetos sensoriales, podemos sanarnos y crear armonía y equilibrio mental y emocional. Este equilibrio nos ayudará a hacer meditación y auto-indagación con el fin de realizar nuestro Ser verdadero y experimentar libertad, plentitud y bienaventuranza sin limites.

Cómo vivir para realizar la libertad y la dicha del Ser

Para superar todo lo que causa sufrimiento, es imprescindible ser más conscientes de nosotros mismos. Por medio de prácticas específicas tenemos que desarollar las capacidades de nuestra inteligencia (buddhi) y controlar los sentidos y la mente pensante y emocional. Tenemos que mantener nuestro cuerpo físico sano y fuerte. Al mismo tiempo, tenemos que alimentar nuestra mente con impresiones sáttvicas (*sattva guna en sánscrito, es la cualidad de la luz, la claridad yla armonía que nos ayuda a desarollar las capacidades superiores de la mente),eliminar las toxinas psicológicas y despertar los estados superiores de consciencia.

Para incrementar la cualidad sattva en nuestra mente es también imprescindible tener relaciones, conexiones y asociaciones sáttvicas en todos los aspectos de la vida. Una vida sáttvica es la fundación de una vida sana y llena de paz, luz, amor, armonia y felicidad.

Es necesario también descubrir y eliminar todos los patrones del ego que están escondidos en la mente subsconsciente. Hay varias prácticas con las que podemos purificar nuestra mente subconsciente (chitta) pero lo más importante -y el centro de las prácticas espirituales- es estar alerta auto-observando momento a momento nuestros pensamientos, emociones, estado de ánimo y energía vital y al mismo tiempo estar conscientes de nosotros mismos.

Para reconocer a nuestro Ser verdadero es necesario desarollar la capacidad de discernimiento y hacer la mente pura, aguda y enfocada. Con una mente bien preparada, podemos practicar la investigación discriminante y enfocada y la auto-indagación que nos permitirán por una parte descubrir y disolver las identificaciones creadas por el ego y por otra parte despertarnos y establecernos en nuestra naturaleza verdadera.

¡Que Dios te bendiga alcanzar la libertad, la paz y la bienaventuranza eterna!

Paz, Luz y Amor