"Nadie, sino uno mismo, puede salvarse a sí mismo''
“Por consiguiente, levántate.
Muéstrate diligente y no te detengas hasta alcanzar la meta.''
EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN
Capítulo XV, por F. J. Alexander
Cuando todo era silencio, apareció en las
profundidades de la meditación el Gurú, diciendo:
“Hijo mío, medita en el Poder que es la forma de
la Madre, y luego, trascendiendo cuanto miedo pueda inspirarte dicho Poder, ve
más allá de ese Poder; ve al Espíritu de la Madre, que es Paz. No tiembles ante
las incertidumbres de la vida. Aunque se te aparezcan todos los aspectos de lo
Terrible y se multipliquen por mil, recuerda que sólo pueden afectar al yo
físico y nunca al yo espiritual”.
“Muéstrate tenaz y firme en todas las ocasiones,
teniendo plena conciencia de que el Espíritu es indestructible. Toma tu puesto
en aquello que es el YO (SER). En nada creas, salvo en aquella Realidad que es innata
e idéntica en todos. Permanecerás entonces impertérrito, tanto en la tempestad
como en la seducción de las apariencias. Lo que viene y se va no es el YO (SER).
Identifícate con el YO (SER), no con la forma. Lo transitorio predomina en el reino
de las cosas, en el mundo objetivo; sólo lo permanente perdura en aquel reino
de la eterna subjetividad, donde gobierna la conciencia del Espíritu, libre de
las formas del pensamiento y los sentidos”.
“Aquello que es Verdadero es inconmensurable, como
el vasto océano; nada puede limitarlo o circunscribirlo. Los predicados de
existencia no pueden aplicarse a ese Océano sin costas de la Divinidad, que
se abalanza sobre el YO(SER) —como YO (SER)— en las cumbres de la Realización”.
“La miseria del mundo está en razón directa del
deseo. No tengas, pues, afectos ciegos. No te ligues a nada. Aspira a ser; no
ambiciones poseer. ¿Puede alguna posesión satisfacer tu Verdadera Naturaleza?
¿Te dejarás ligar por COSAS? Desnudo viniste al mundo; desnudo te irás, cuando
te llegue la intimación. ¿De qué, entonces, has de sentir falso orgullo? Sean
tus bienes aquellos tesoros que no perecen. El aumento del Conocimiento Interno
es su propia recompensa. Cuanto más perfeccionas tu naturaleza, tanto más
fácilmente adquieres aquellos eternos bienes con los cuales, al llegar la hora,
conquistarás el Reino del YO (SER)”.
“Por consiguiente, desde este mismo instante, ve y
crece hacia adentro; no hacia afuera. Invierte el orden de la experiencia.
Retírate de la vida sensual vivida por placer. Espiritualízalo todo. Convierte
al cuerpo en tabernáculo para el Espíritu y deja que el Alma se revele más y
más cada día. Se irá dispersando, entonces, esa oscuridad que es ignorancia; y
esa luz, que es la Divina Sabiduría, se irá revelando gradualmente. Todas las
fuerzas del universo están a tu espalda, actuando armónicamente, para ayudar a
tu progreso, sólo con que quieras enfrentar a la Verdad. Como dijo el Señor
Buddha: "Sólo los Tathágatas (1) son grandes predicadores; vosotros sois
quienes debéis hacer el esfuerzo." Sí, sólo los Maestros pueden transmitir
sabiduría; el discípulo DEBE asimilarla; y esta asimilación es la formación
del carácter; es convertir la sabiduría en suya propia. Nadie, sino uno mismo,
puede salvarse a sí mismo”.
“Por consiguiente, levántate. Muéstrate diligente
y no te detengas hasta alcanzar la meta. ¡Tal es el Mandamiento de los
Upanishads!” (2)
“Así como la fiera salvaje persigue su presa; así
como el esclavo de sus pasiones procura satisfacer su lujuria; o como el que
está muriendo de hambre anhela comida, y el que se está ahogando pide auxilio,
con esa misma intensidad y fortaleza de espíritu busca tú la Verdad. Como el
león, a quien no amedrentan los ruidos; como el león, intrépido y libre; como
el león, vaga tú por el mundo, resuelto a adquirir la Verdad. Para ello se
necesitan fuerza infinita e infinita intrepidez. Avanza sin miedo, sabiendo
que todas las limitaciones estallarán para abrirte paso, que todos los caminos
torcidos se enderezarán, si unes todas las fuerzas de tu Alma y si,
valientemente, arrancas la MÁSCARA”.
“¿Buscas a Dios? Pues sabe que, cuando hayas visto al YO (SER), el YO(SER) se te revelará como Dios."
“¡Om Tat Sat!”
¡Y la Voz del Gurú penetró en el Silencio que es Paz, y su forma en el Esplendor que es Dios!
NOTA
1 Tathágatas: los Buddhas, los iluminados.
2 Upanishads: antiguos textos místicos donde se expone la filosofía Vedanta