¿Qué es la vida espiritual?
No es que alguien sea religioso, cristiano, budista etc., no es cumplir sus deberes
religiosos, no es hacer ejercicios de yoga, relajación, meditación o otras prácticas
para aliviar el estrés, la ansiedad y
las tensiones creadas por la vida mundana.
Seguir el camino espiritual significa consagrar mi
vida a la divinidad, es decir purificar y trasformar mi mente y dirigirla hacia
el Ser verdadero, el silencio o el vacío interior. El camino espiritual es una manera de vivir,
día a día, momento a momento, con el fin de liberar la mente de las energías y
tendencias egoístas, de transformar las energías y realizar que somos
consciencia (El Ser) y no el cuerpo-yo que hasta ahora creíamos que somos, realizar la
unidad de la vida y vivir en plena paz, armonía, libertad y bienaventuranza.
Y esto no es posible sin la guía, las
instrucciones y las vibraciones divinas y fuertes de los grandes maestros
espirituales como Jesús, Buddha, Babaji, Ramana Maharshi, Amma y otros
maestros. No es posible sin una vida ordenada y sáttvica y sin dirigir nuestra
atención, energía, voluntad, intensiones y acciones hacia la Divinidad.
Esto no significa que cada uno tiene que seguir exactamente los mismos pasos, el mismo proceso y las mismas prácticas. Hay tantos caminos como aspirantes. Pero sí que hay cosas comunes para todos los que quieren liberarse del ego y realizar a Dios.
Los que quieren vivir la Vida Divina, deben vivir en una manera completamente distinta que las personas mundanas que su objetivo es buscar y disfrutar objetos sensoriales y éxitos externos.
Tienen que aplicar un programa diario con varias prácticas y desarrollar actitudes y hábitos que faciliten este proceso. Tienen que abandonar hábitos y costumbres que impiden su desarrollo hacia la vida divina.
Deben cultivar y desarrollar capacidades y virtudes. Tienen que equilibrar y armonizar la mente y desarrollar sus capacidades superiores en todos los niveles (intelecto, mente pensante, subconsciente, mente emocional).
Tienen que vivir, momento a momento, desidentificandose de la mente egoísta e identificandose con la consciencia.
Esto no significa que cada uno tiene que seguir exactamente los mismos pasos, el mismo proceso y las mismas prácticas. Hay tantos caminos como aspirantes. Pero sí que hay cosas comunes para todos los que quieren liberarse del ego y realizar a Dios.
Los que quieren vivir la Vida Divina, deben vivir en una manera completamente distinta que las personas mundanas que su objetivo es buscar y disfrutar objetos sensoriales y éxitos externos.
Tienen que aplicar un programa diario con varias prácticas y desarrollar actitudes y hábitos que faciliten este proceso. Tienen que abandonar hábitos y costumbres que impiden su desarrollo hacia la vida divina.
Deben cultivar y desarrollar capacidades y virtudes. Tienen que equilibrar y armonizar la mente y desarrollar sus capacidades superiores en todos los niveles (intelecto, mente pensante, subconsciente, mente emocional).
Tienen que vivir, momento a momento, desidentificandose de la mente egoísta e identificandose con la consciencia.
Tienen que ser más y más conscientes del silencio interior y desarrollar la capacidad de observar con desapasionamiento los pensamientos y las emociones y descubrir el ego que está detrás de estos y eliminarlo con métodos adecuados.
Tienen que eliminar, momento a momento la ira, la envidia, la avaricia, la codicia, la lujuria, la gula, el orgullo, la impaciencia, el miedo y todas las demás tendencias egoístas que oscurecen la mente y el corazón y no permiten que la luz, el amor y la paz de la consciencia brillen y irradien libremente dentro y fuera.
Todo esto en resumen constituye el camino espiritual.
Tienen que eliminar, momento a momento la ira, la envidia, la avaricia, la codicia, la lujuria, la gula, el orgullo, la impaciencia, el miedo y todas las demás tendencias egoístas que oscurecen la mente y el corazón y no permiten que la luz, el amor y la paz de la consciencia brillen y irradien libremente dentro y fuera.
Todo esto en resumen constituye el camino espiritual.
Paz, Luz y Armonía