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jueves, 19 de febrero de 2015

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN Capítulo XV, por F. J. Alexander


"Nadie, sino uno mis­mo, puede salvarse a sí mismo''

“Por consiguiente, levántate. 
Muéstrate diligente y no te detengas hasta alcanzar la meta.'' 

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN
Capítulo XV, por F. J. Alexander


Cuando todo era silencio, apareció en las profundidades de la meditación el Gurú, diciendo: 

“Hijo mío, medita en el Poder que es la forma de la Madre, y luego, trascendiendo cuanto miedo pueda inspirarte dicho Poder, ve más allá de ese Poder; ve al Espíritu de la Madre, que es Paz. No tiembles ante las incertidumbres de la vida. Aunque se te aparezcan todos los aspectos de lo Terrible y se multipliquen por mil, recuerda que sólo pueden afectar al yo físico y nunca al yo es­piritual”.

“Muéstrate tenaz y firme en todas las ocasiones, teniendo plena conciencia de que el Espíritu es indestructible. Toma tu puesto en aquello que es el YO (SER). En nada creas, salvo en aquella Realidad que es innata e idéntica en todos. Permanecerás entonces impertérrito, tanto en la tempestad co­mo en la seducción de las apariencias. Lo que vie­ne y se va no es el YO (SER). Identifícate con el YO (SER), no con la forma. Lo transitorio predomina en el reino de las cosas, en el mundo objetivo; sólo lo perma­nente perdura en aquel reino de la eterna subje­tividad, donde gobierna la conciencia del Espíritu, libre de las formas del pensamiento y los sentidos”.

“Aquello que es Verdadero es inconmensurable, como el vasto océano; nada puede limitarlo o circunscribirlo. Los predicados de existencia no pue­den aplicarse a ese Océano sin costas de la Divini­dad, que se abalanza sobre el YO(SER) —como YO (SER)— en las cumbres de la Realización”.

“La miseria del mundo está en razón directa del deseo. No tengas, pues, afectos ciegos. No te ligues a nada. Aspira a ser; no ambiciones poseer. ¿Puede alguna posesión satisfacer tu Verdadera Naturale­za? ¿Te dejarás ligar por COSAS? Desnudo viniste al mundo; desnudo te irás, cuando te llegue la inti­mación. ¿De qué, entonces, has de sentir falso orgu­llo? Sean tus bienes aquellos tesoros que no perecen. El aumento del Conocimiento Interno es su propia recompensa. Cuanto más perfeccionas tu naturale­za, tanto más fácilmente adquieres aquellos eternos bienes con los cuales, al llegar la hora, conquista­rás el Reino del YO (SER)”.

“Por consiguiente, desde este mismo instante, ve y crece hacia adentro; no hacia afuera. Invierte el orden de la experiencia. Retírate de la vida sen­sual vivida por placer. Espiritualízalo todo. Con­vierte al cuerpo en tabernáculo para el Espíritu y deja que el Alma se revele más y más cada día. Se irá dispersando, entonces, esa oscuridad que es ignorancia; y esa luz, que es la Divina Sabiduría, se irá revelando gradualmente. Todas las fuerzas del universo están a tu espalda, actuando armó­nicamente, para ayudar a tu progreso, sólo con que quieras enfrentar a la Verdad. Como dijo el Señor Buddha: "Sólo los Tathágatas (1) son grandes predicadores; vosotros sois quienes debéis hacer el esfuerzo." Sí, sólo los Maestros pueden transmitir sabiduría; el discípulo DEBE asimilarla; y esta asi­milación es la formación del carácter; es convertir la sabiduría en suya propia. Nadie, sino uno mis­mo, puede salvarse a sí mismo”.

“Por consiguiente, levántate. Muéstrate diligente y no te detengas hasta alcanzar la meta. ¡Tal es el Mandamiento de los Upanishads!” (2)

“Así como la fiera salvaje persigue su presa; así como el esclavo de sus pasiones procura satisfacer su lujuria; o como el que está muriendo de ham­bre anhela comida, y el que se está ahogando pide auxilio, con esa misma intensidad y fortaleza de espíritu busca tú la Verdad. Como el león, a quien no amedrentan los ruidos; como el león, in­trépido y libre; como el león, vaga tú por el mun­do, resuelto a adquirir la Verdad. Para ello se necesitan fuerza infinita e infinita intrepidez. Avan­za sin miedo, sabiendo que todas las limitaciones estallarán para abrirte paso, que todos los cami­nos torcidos se enderezarán, si unes todas las fuer­zas de tu Alma y si, valientemente, arrancas la MÁSCARA”.

“¿Buscas a Dios? Pues sabe que, cuando hayas visto al YO (SER), el YO
(SER) se te revelará como Dios." 

“¡Om Tat Sat!”

¡Y la Voz del Gurú penetró en el Silencio que es Paz, y su forma en el Esplendor que es Dios!

NOTA
1 Tathágatas: los Buddhas, los iluminados.
2 Upanishads: antiguos textos místicos donde se expone la filosofía Vedanta

miércoles, 18 de febrero de 2015

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN - Capítulo V, por F. J. Alexander



''Estoy siempre contigo. Adonde quiera que vayas, yo estoy antes allí.''

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN

Capítulo V, por F. J. Alexander

La Voz del Gurú, que es Dios, habla:

“¡Oye! Estoy siempre contigo. Adonde quiera que vayas, yo estoy antes allí. Vivo para ti. Te hago entrega del fruto de mi realización. Eres el tesoro de mi corazón, la niña de mis ojos. Somos uno en Dios. Nuestro quehacer es la realización. Hasta tal punto siento mi unidad contigo, que no temo arro­jarte al desierto del mundo y a la selva de la duda. Es porque conozco la medida de tus fuerzas. Te envío a recoger experiencia tras experiencia; pero siempre mi ojo te sigue por doquiera vagues. ¿Pe­cas? Pues, pecas en presencia mía. ¿Efectúas accio­nes virtuosas? Las percibo todas. Conozco todos tus modos de ser. Por medio de toda clase de experien­cia y pensamiento, voy apretando los lazos que nos unen. Nada me importa mi salvación a menos que tú participes de ella. Tú eres el YO mío bajo otra forma. Cuanto más absorbes la visión que es mía, tanto más y más crece esa unidad espiritual nues­tra que es la Vida Divina. Caen los velos de las distintas personalidades y tú eres mi propio YO, y mi propio YO es tú. Tan estrechos son los lazos que nos atan. Ni la muerte, ni la separación, pue­den hacer presa en mi relación contigo. Aunque hayas nacido muy lejos y aunque no hayas visto mi forma física, eres, sin embargo, mío propio. No consiste el discipulado en haber visto mi forma, sino en haber comprendido mi voluntad. Jamás po­drás escapar a la red que he echado”.

“Busca cuál es mi voluntad. Sigue la enseñanza que el Maestro me ha dado y que te he transmitido. Ve la misma visión mía. Entonces, te hallarás más en unidad conmigo que si hubieras vivido próximo a los miles de cuerpos que han sido míos. El disci­pulado consiste en una devoción inquebrantable a mi pensamiento y a mi voluntad. Y existe un amor inconmensurable entre nosotros. Ve en paz. Más duros que el diamante son los lazos que unen al Gurú y al discípulo. Son más potentes que la muer­te. Porque están anudados por el Amor Inconmen­surable y la Voluntad Divina y Omnipotente”.

"¡Om Tat Sat!"

¡Tat Tvam Asi!
¡Aham Brahmasmi!”

NOTA:
1 Gurú: instructor, guía espiritual.
2 Tat Tvam Asi! : Soy Eso (Brahman o Atman)
3 Aham Brahmasmi: Yo soy Brahmán.





martes, 17 de febrero de 2015

EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN - Capítulo VI, por F. J. Alexander

 
EN LAS HORAS DE MEDITACIÓN
Capítulo VI, por F. J. Alexander
En la hora de la meditación, hablando consigo misma, dice el alma:

“La Paz reside en el Silencio. Y para lograr esa Paz debes ser fuerte; el silencio llega cuando el tumulto de los sentidos queda aho­gado en lo Poderosa Quietud de la Renunciación. Eres un vagabundo en el desierto del mundo. No te detengas, que podrías perecer a la vera del ca­mino. Constituye tu caravana con buenos pensa­mientos; haz provisión de las Aguas de la Fe Viva. Cuídate de los espejismos. La meta no está allá. No te dejes seducir por el atractivo de las cosas ex­ternas. Renunciándolo todo, ve por aquellos sen­deros que te conduzcan a la soledad del conoci­miento íntimo de ti mismo. No sigas a los muchos que han sido atrapados en la red de la multiplici­dad. Ve por aquellos senderos que huellan los santos y por donde avanzan, solos y separados, ha­cia la Meta de la Unidad. Atrévete a ser valiente. Para vencer basta hacer el esfuerzo inicial. No va­ciles. Zambúllete en la santidad. De un solo y loco salto arrójate al Océano de Dios. La Divinidad es el Fin. ¡Ningún otro fin puede existir para ti en la naturaleza de las cosas, oh tú, refulgente rayo del Ser Resplandeciente!”

“Apresúrate, pues te podrías arrepentir. Fustiga los corceles del celo religioso y de la potente fe. Hazte añicos si fuese necesario. No toleres que nada se interponga en tu sendero. No es tu destino un destino fortuito. Avanza con ánimo firme y fuerte, que tu punto de destino es la Realidad. En verdad, tú mismo eres la propia Realidad. ¡Sé libre! No existe en todo el idioma de la realización del Yo, palabra tan valiosa como: "fuerza". Al principio, al final, y siempre ¡sé fuerte! Sin temor a los cie­los ni a los infiernos, a los dioses ni a los demonios, ¡avanza! Nada logrará vencerte. Dios Mismo se verá obligado a servirte, porque Él se siente atraído por Aquello que está en ti y es Él. Y así, la Unidad resulta ser la Esencia del Sublime e Interno Conocimiento de Aquello que está en ti; —Aquello, que es tu verdadero ser, es Dios. En verdad tú mismo eres Divino”.

“¡Tat Tvam Asi! ¡Hari Om Tat Sat!”

“¡Tienes que creer! ¡Ten fe en tu Yo! ¿Cómo pue­des creer en Dios, si no crees en tu propio YO? Debes salvarte a ti mismo. "Dios ayuda a quienes se ayu­dan a sí mismos". Traba conocimiento con tu YO Real; Júzgalo con criterio espiritual. Comprende que no eres el cuerpo, ni siquiera eres el pensamiento. El pensamiento es el procedimiento para ver, pero el fin es la visión. Por consiguiente, la verdad final es la Realización. El mandato final es: "¡Hombre, conoce tu YO!"; hombre, realiza tu naturaleza. ¡Fe! ¡Fe! ¡Fe! Todo depende de la fe. No de la fe que es creencia, sino de la Fe que es Visión. No existe más pecado que la duda; aprende a rechazar la duda co­mo rechazarías un veneno. El dudar del propio YO es verdaderamente una blasfemia. No temas a na­die, no, ni siquiera a Dios, porque Dios debe ser amado, no temido. ¿Cómo puedes sentir miedo de tu YO? ¡Y Dios es el YO tuyo! ¡Nada existe sino Dios! ¡Y tú eres Aquello! Por consiguiente, ¡Des­pierta, levántate y no te detengas hasta alcanzar la meta! Tal es el Evangelio del Bienaventurado”.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿Son el amor y el odio opuestos? por Atman Nityananda


¿Son el amor y el odio opuestos?

Parece que sí, pero no son. Los opuestos son las dos caras de una misma cosa, por ejemplo, opuestos son los polos positivo y negativo de un imán. En nuestra psique el gusto y el digusto son dos expresiones opuestas del ego.

Pero el odio y el amor son dos ´cosas´ completamente differentes. El odio es una energía egoista y el amor es la esencia en la cual todo el universo con sus dualidades y polaridades aparece.

Obviamente el odio, así como el miedo, la ira, los celos y todas las cualidades egoistas son en contra del amor, de la unidad, de otras personas o de cualquier otra cosa, pero el amor no se opone a nadie y a nada. El amor lo abarca todo, acepta y abraza todo, incluido el odio y todas las tendencias egoistas. El amor en sí mismo no tiene opuestos, no tiene partes, poles y limitaciones.

El amor es unidad absoluta, y por eso todo existe en el amor, respira en el amor, aspira encontrar el amor y esencialmente todo es amor. Somos amor y uno con Dios, porque Dios es amor y amor es Dios.

               Paz, Luz y Amor



domingo, 30 de noviembre de 2014

La raíz del nuestro sufrimiento por Atman Nityananda


La raíz del nuestro sufrimiento

Dos cosas son pricipalmente la raiz de nuestro sufrimiento:

1.        La necesidad compulsiva de ser aceptados, reconocidos y aprobados por los demás.
2.     Los deseos. Básicamente el deseo de ser superior o especial y el deseo de los placeres  sensoriales.

Ambas cosas se basan en la identificación ilusoria con el cuerpo físico (que nos hace creer que somos un cuerpo-Yo) y en la ignorancia de nuestra naturaleza verdadera -el Ser divino o Atman.

El deseo de ser superior y la nececidad compulsiva de aprobación

El deseo de ser superior y la necesidad compulsiva de aprobación están relacionadas pero son dos cosas distinctas.

La nececidad compulsiva de aprobación y aceptación

Debido a la ignorancia de nuestro Ser verdadero y la identificación con el cuerpo creamos una auto-imagen falsa e ilusoria basada en características corporales, capacidades mentales, posesiones y logros.

El comportamiento de nuestros padres, parientes y maestros contribuyó muchísimo a la creación de esta falsa auto-imagen y la necesidad de aprobación de los demás. Sus palabras, afirmaciones,  sugerencias y acciones desempeñaron un papel importante en la creación de nuestra auto-imagen y autoestima, porque la mente infantil es vacia y abierta y lo absorbe todo involuntariamente. Además, como niños nos aceptaban y nos mostraban amor y cariño cuando nos comportábamos de la manera que nuestros padres y maestros encontraban aceptable o razonable -según sus conceptos y sus creencias sobre lo bueno y lo malo de la vida. Así poco a poco se crearon en nuestra mente subconsciente patrones de comportamiento según las condiciones de nuestro entorno familiar. Hoy en día, un factor que influye mucho en la creación de la falsa auto-imagen son los medios de comunicación.

Desde niños, por tanto, nos hemos programado de buscar la aceptación y la aprobación de los demás. Esto sucede inconsciente  y compulsivamente y causa en nosotros una contracción emocional que asume la forma de inquietud, inseguridad, ansiedad, inferioridad, agustia, vergüenza, miedo etc. Ahora, para superar esta contracción emocional y sentirnos “bien” pedimos inconscientemente la aceptación o la aprobación de los demás de muchas diferentes maneras y comportamientos.

Necesitamos que  nos acepten y que nos aprueben en todos los aspectos que creemos que son importantes para nosotros, es decir, en las cosas que relacionamos con nuestra auto-imagen. Estas pueden ser el cuerpo físico (el pelo, la cara, el poder de musclos, los ojos, la voz, la altura etc.), o nuestras ideas, preferencias, capacidades corporales y mentales, y aún la ropa que llevamos, nuestras posesiones, el origen, los estudios y conocimientos, etc.  

Para  que nos acepten podemos hacer también cosas que no son apropiadas para nuestro bienestar, pero las hacemos solo para ser (o creer que somos) aprobados por los demás. Al ego le cuesta mucho dañarle la auto-imagen y rechazarlo. Nuestro ego quiere que los demás tengan buena opinión sobre nosotros y está muy preocupado por lo que los demás piensen (sobre nosotros). Por eso la inseguridad está casi siempre presente en el fondo de la mente y especialmente en situaciones nuevas donde el ego no sabe cómo piensan los demás y qué maneras de comportamiento ellos creen convenientes.

También, a causa de esta programación subconscinete nos encontramos casi siempre en dudas sobre nuestro valor. Como he dicho anteriormente, para asegurarnos de que somos adecuados, bien evaluados  y suficientes hacemos muchas cosas con el fin de tener reconocimiento, aceptación y  aprobación. Una vez tenerlos, superamos (temporalmente) las dudas y el sentimiento de carencia y confirmamos nuestro valor. Pero el patrón subsconciente sigue ahí, funcionando como una máquina que nunca para.  Una y otra vez (según la fuerza de este patrón, las asociaciones y las experiencias personales de cada uno) genera la misma necesidad de aprobación y aceptación. Este patrón funciona tal como las adicciones con la comida, bebida etc., o sea,  tiene su propio tiempo recurrente de expresión. Y quiere alimentarse con el mismo tipo de energía y experiencias.

El deseo de ser superior o especial

Para que el ego pueda satisfacer su necesidad de sentirse adecuado, suficiente, seguro, evaluado y también superior, importante, especial,  muy a menudo compara,  juzga negativamente o critica a los demás. Y sobre todo las cosas que están relacionadas con nuestra auto-imagen y nuestras experiencias.

Cuando el ego compara, intenta encontrar cosas que afirmen que es mejor o más especial de los demás. Y cuando el ego está convencido (o cree que está convencido) de que sí es superior y mejor, siente un alivio de las emociones contractivas  y una sencación que es especial o importante. Esta auto-afirmación que somos superiores en comparación a los demás nos da también (en realidad le da a nuestro ego) una sensación de satisfacción muy engañosa.

La critica negativa tiene también el mísmo objetivo. El ego a través de la critica se siente mejor o superior. ¿Porqué? Porque cuando les criticamos a los otros automáticamente nos encontramos en una posición más alta que ellos -considerandolos inferiores ya que tenemos la autoridad de juzgarlos.

El ego siente una gran satisfacción y placer cuando cree que es superior de los demás o es o especial. Por eso el ego trata de demostrar, de todos modos, su soberanía que es algo muy especial. Cada vez que el ego logra ser reconocido por los demás siente una gran euforia y satisfacción. Por eso el ego nos impulsa hacer cosas que nos hagan famosos o reconocidos en la más amplia escala. Esto es muy obvio en los jugadores de futbol, de tenis y en los deportes en general y también en los actores, los maniquíes y los políticos.

El ego sufre cuando no es reconocido y para alcanzar el reconocimiento puede hacer no solo cosas ‘aceptables’ sino además cosas dañinas para él y para los demás.

Por supuesto, esto lo hace el ego, pero debido a nuestra identificación con el ego creemos que somos nosotros los que lo hacemos, creemos que es una acción nuestra voluntaria y consciente! ¡Y esto es la mayor ilusión del ego! Es decir, el ego nos hace creer que sus pensamientos, sus emociones, sus palabras y sus acciones son nuestras y nosotros somos el ego mismo.

Él que cree que estos pastrones egóicos subconscientes no suceden en su psigología  ya es muy engañado por su ego y sufre por estos patrones sin ni siquiera darse cuenta de eso.

Los placeres y la busqueda de la felicidad

A causa de la ignorancia de nuestra naturaleza verdadera (que es felicidad, libertad, plenitud, paz y amor absoluta) buscamos la felicidad y la plenitud fuera de nosotros en objetos sensoriales, relaciones, posesiones y en todas las situaciones mundanas que consideramos agradables o favorables para nuestro bien.

Pero las cosas del mundo son finitas y condicionadas y pueden ser sólo agradables o desagradables, placenteras y dolorosas, no contienen ni felicidad, ni plenitud. Además están sujetas al nacimiento y la muerte y un dia tendremos que perder todas las cosas -incluso nuestro cuerpo.

Es muy obvio que no podemos experimentar amor, libertad, paz y bienaventuranza que son infinitas, a través de las cosas y las experiencias que son limitadas, finitas y condicionadas. Lo que es finito no puede darnos algo infinito. Solo lo que es infinito puede darnos la experiencia de infinidad· solo lo que es bienaventuranza puede darnos la experiencia de la bienaventuranza· solo lo que es libertad puede liberarnos de las ilusiones creadas por el ego y sus vanos deseos.  

Nosotros creemos que las cosas del mundo nos hacen felices debido a la falta de discernimiento y al velo que pone en nuestra mente la cualidad tamas (*tamas guna en sánscrito, es la cualidad que oscurece y cubre la verdad). La cualidad tamas tiene la capacidad de ocultar la verdadera naturaleza de nuestras experiencias así como nuestro Ser.  

¡La mayor ilusión es la creencia que la felicidad que experimentamos cuando logramos un objeto (o una situación) que deseabamos, se debe  a este objeto o esta situación que acabamos de lograr! Pero esto no es verdad, es solo una ilusión creada por el ego mismo y el tamas guna. Lo que pasa cuando ya tenemos lo que deseamos es que la mente temporalmente se calma y descansa en su centro (la consciencia) y en esta condición la mente disfruta parcialmente de la felicidad y la plentitud  de la consciencia. Pero, debido al tamas guna y al engaño del ego, creemos que la felicidad que sentimos se debe al objeto mismo y por eso seguimos buscando la felicidad en los placeres sensoriales, donde hay un poquito de placer ilusorio mezclado con mucho sufrimiento.

Las cosas del mundo pueden contribuir a nuestro bienestar solo bajo ciertas condiciones y de una manera limitada. Por ejemplo, si usamos nuestra mente, energía,  cuerpo y sentidos concientemente y de una manera apropiada en relación  a los objetos sensoriales, podemos sanarnos y crear armonía y equilibrio mental y emocional. Este equilibrio nos ayudará a hacer meditación y auto-indagación con el fin de realizar  nuestro Ser verdadero y experimentar libertad, plentitud y bienaventuranza sin limites.

Cómo vivir para realizar la libertad y la dicha del Ser

Para superar las dos causas del sufrimiento que en este texto he mencionado, y en general todo lo que causa sufrimiento, es imprescindible ser más conscientes de nosotros mismos. Por medio de prácticas específicas tenemos que desarollar las capacidades de nuestra inteligencia (buddhi) y controlar los sentidos y la mente pensante y emocional. Tenemos que mantener nuestro cuerpo físico sano y fuerte. Al mismo tiempo, tenemos que alimentar nuestra mente con impresiones sáttvicas (*sattva guna en sánscrito, es la cualidad de la luz, la claridad y la armonía que nos ayuda a desarollar las capacidades superiores de la mente), eliminar las toxinas psicológicas y despertar los estados superiores de consciencia.

Para incrementar la cualidad sattva en nuestra mente es también imprescindible tener relaciones, conexiones y asociaciones sáttvicas en todos los aspectos de la vida. Una vida sáttvica es la fundación de una vida sana y llena de paz, luz, amor, armonia y felicidad.

Es necesario también descubrir y eliminar todos los patrones del ego que están escondidos en la mente subsconsciente. Hay varias prácticas con las que podemos purificar nuestra mente subconsciente (chitta) pero lo más importante -y el centro de las prácticas espirituales- es estar alerta auto-observando momento a momento nuestros pensamientos, emociones, estado de ánimo y energía vital y al mismo tiempo estar conscientes de nosotros mismos.

Para reconocer a nuestro Ser verdadero (no hablo sobre el yo o ego) es necesario desarollar la capacidad de discernimiento y hacer la mente pura, aguda y enfocada. Con una mente bien preparada, podemos practicar la investigación discriminante y enfocada y la auto-indagación que nos permitirán por una parte descubrir y disolver las identificaciones creadas por el ego y por otra parte despertarnos y establecernos en nuestra naturaleza verdadera.

¡Que Dios te bendiga alcanzar la libertad, la paz y la bienaventuranza eterna!

Paz, Luz y Amor


Leer más sobre: Deseos y sufrimiento




sábado, 29 de noviembre de 2014

Qué es la nuestra verdadera naturaleza o Ser (Atman) ? por Nityananda Atman


¿Qué es la nuestra verdadera naturaleza o Ser (Atman) ?
por Nityananda Atman

El Ser o consciencia es la esencia de la vida eterna, sin tiempo, sin forma y sin causa. Es la realidad no-dual, uno sin segundo, más allá de este universo perceptual. Es una masa homogénea de consciencia, sin partes, sin atributos, sin nacimiento ni muerte.

Es el sustrato de todas las experiencias burdas y sutiles. Es el centro sin centro en toda criatura. Está dentro y fuera, arriba y abajo, lo penetra y llena todo.

Este Atman es Sat-Chid-Ananda (Existencia Absoluta, Consciencia Absoluta y Dicha Absoluta). Existe en el pasado, el presente y el futuro; por eso es "Sat". Es Consciencia Pura o Absoluta sin pensamientos; por eso es "Chit". Es Dicha Absoluta; por eso es Ananda.

El Ser en ti es el Ser de todos. Los cuerpos son muchos, las mentes son muchas, pero el Ser es sólo Uno. El Ser Uno aparece como muchos debido a la apariencia ilusoria de los cuerpos y mentes. Así como el sol uno en el cielo aparece como muchos debido a su reflejo en el agua de muchos recipientes diferentes, el Ser uno sin segundo (no dual) aparece como muchos debido a su reflejo en las mentes diferentes.

Este Ser inmortal brilla en las cámaras de tu corazón como tu propio Ser. Es tu verdadera identidad, tu origen y tu destino final.

Paz, Luz y Amor 

viernes, 28 de noviembre de 2014

El vacío completo por Atman Nityananda


La vida es un sueño.


Yo soy el sueño, el creador y el observador del sueño.

Y todo esto es el vacío completo,

Autoluminoso y autoexistente

Silencio eterno

Y Soy esto 

                                  
                                                                 Paz, Luz y Amor

viernes, 21 de noviembre de 2014

Cómo experimentamos la felicidad?


¿Cómo experimentamos la felicidad?
por Atman Nityananda

La libertad, la paz y la felicidad es lo que realmente somos, pero el ego y los deseos nublen nuestra inteligencia y no nos damos cuenta de ello.
La felicidad se encuentra siempre dentro de nuestro corazón, es un atributo de la Consciencia, pero no la experimentamos porque nuestra mente está siempre agitada y extrovertida y siempre estamos en un estado de confusión emocional.
Podemos experimentar la felicidad sólo cuando la mente está tranquila y descansa en nuestro corazón. Los deseos, los miedos, la ira, etc., mantienen a la mente siempre agitada y el prana se contrae. Esta condición se experimenta como sufrimiento.
¿Cómo experimentamos la felicidad a través de las experiencias sensoriales?

Cuando se cumple un deseo la mente se vuelve por un tiempo calmada, concentrada e introvertida. En este estado mental la mente refleja naturalmente la felicidad de nuestro Ser interior o Consciencia. Pero nosotros no lo reconocemos porque el ego pone un velo en este proceso. Pensamos que experimentamos felicidad porque conseguimos el objeto deseado.
Debido al cumplimiento de los deseos podemos experimentar un poco de felicidad, pero debido a los deseos experimentamos una gran cantidad de sufrimiento psicológico, servidumbre y separación. No podemos tener deseos y placeres sin experimentar sufrimiento, porque todos los trastornos y defectos psicológicos son sólo modificaciones del deseo. El impulso o la energía del deseo tiene una fuerte vibración que se experimenta como sufrimiento. Además los deseos son insaciables y no hay manera de estar libre de los impulsos dolorosos del deseo si tratamos siempre de cumplirlos.

 La experiencia de la felicidad a través del camino espiritual

Por otro lado, hay una manera de disfrutar de la felicidad de nuestro verdadero Ser interior, sin sufrir consecuencias dolorosas. Este es el camino espiritual. Mediante la purificación, el discernimiento, el desapego, la meditación y la auto-indagación podemos conscientemente morar siempre en nuestro corazón y experimentar para siémpre el gozo de nuestra propia existencia.
Recuerda que el ego es nuestro verdadero enemigo y no los objetos en sí mismos. Si mediante prácticas espirituales eliminamos de nuestra psicología el virus psicológico (el ego) y sus deseos podemos experimentar siempre la felicidad, la paz y la libertad completas. Este es nuestro destino y nuestra morada eterna!
Que Dios te bendiga para realizar tu verdadera naturaleza en esta misma vida y ser Libre para siempre!

Paz, Luz y Amor