viernes, 14 de noviembre de 2014

La mente y la dualidad por Atman Nityananda

 
Dios y la mente universal coexisten. En la mente cósmica (o mente de Dios) no hay dualidad. En la mente de Dios hay solo perfección, es el reino de Dios, y la mente y Dios son Uno, no hay separación, hay solo unidad. (~Dios es la consciencia o existencia pura)
La mente de los seres humanos.

La mente humana no está separada de la mente de Dios. La mente humana es una parte de la mente de Dios.  Por supuesto, la mente humana no es solo la mente pensante sino tiene muchos niveles (ver aqui). Si los seres humanos no tuvieran mente serían animales. Gracias a la mente podemos realizar la verdad y tomar consciencia de que esencialmente somos Dios mismo, es decir que la consciencia individual (nuestro Ser verdadero) y la consciencia universal (DIOS) son idénticas. .

La naturaleza de la mente es sattva y cuando es pura, refleja perfectamente la Consciencia non dual Divina  y vivimos en plena paz, amor y bienaventuranza y unidos con todo lo que existe. Lo que pasa hoy en día en la tierra es que las mentes de la mayoría de la gente están contaminadas por las energias egoicas y las cualidades de rajas y el tamas.

La mente ´inferior´ (manas e intellecto) funciona en modo dualístico y crea separación porque está contaminada por las energias egoicas (rajásicas y tamásicas junto con sus cualidades como deseo, ira, miedo, ansiedad, impaciencia, envidia, avaricia, lujuria etc.). La mente ´inferior´ es solo una parte de la mente. Hay también la parte interior o superior (Buddhi-indeligencia) que no funciona plenamente a causa de la enegias egoicas.

La mayoria de la gente está identificada con esta mente ´inferior´ impura que disfunciona y crea todas las formas del conflicto y sufrimiento.

Cuando, por prácticas espirituales, el Buddhi empieza a funcionar independientemente de la mente egoica, entonces somos capaces de
liberar la mente inferior (manas y intellecto) de las energías egoicas. Y el Buddhi, una vez liberado de las energías egoicas, funciona según su capacidad y nos facilita caminar hacia la libertad.

Vigilancia, discernimiento, lógica pura, entendimiento, comprensión e intuición, son las cualidades inteligentes y poderosas de nuestro Buddhi (o inteligencia). El poder y la inteligencia d
el Buddhi se deben al reflejo de la conciencia divina sobre el. Cuando el Buddhi se ha purificado desarolla sus capacidades en gran medida y nos ayuda a eliminar las energias egoicas y a realizar nuestro verdadero SER que es idéntico con DIOS .

Sobre la dualidad

Sí que hay dualidad (más concreto: polaridad· polaridad no significa separación sino las dos caras de la misma cosa) y pluralidad en el cosmos pero no hay separación. Pero la función dualística de la mente egoica no causa solo polaridad sino separación, y esta separación es la base del sufrimiento y del caos que vemos hoy en día en el mundo. 
Por ejemplo, el odio y el amor no son los dos polos de la misma energía. El odio es solo una apariencia superficial en el universo. El odio es una energía que rechaza, se opone y ataca a los otros seres. Pero el amor abraza y acepta a todos los seres tal como son, incluso todas sus expresiones negativas que el ego causa. El polo contrario del odio es la atracción y el placer. Cuando alguien nos es agradable y nos da placer (en nivel corporal, sentimental o mental) tenemos una actitud positiva hacia él, sentimos una atracción y queremos compartir cosas con él. Pero cuando nos hace sufrir o creemos que es la causa de nuestro sufrimiento  entonces esta atracción y emoción positivas (que nosotros confundimos con el amor verdadero) se convierte en ira y odio. La misma energía de placer y sensaciones y emociones agradables se convierte en ira y odio. El amor está más allá de estas energías egoicas. El amor nunca cambia y nunca se convierte a odio o cualquier otra cualidad negativa (no me refiero aqui al amor condicionado de los seres humanos). Independientemente de las circunstancias, de la actitud y del comportamiento de los demás el amor siempre abraza y acepta a todo sin pedir algo a cambio.
Conclusión: El odio crea una separación entre los seres y entre los seres y Dios, mientras que en contraste el amor nos une con los demás y Dios mismo. En realidad amor es Dios y Dios es Amor. 
 Polaridad y dualidad
Las polaridades dualísticas de la vida funcionan en armonía (según su dharma) y permiten que la vida desarolle plenamente todo su potencial. Por ejemplo, las fuerzas magnéticas (atracción y repulsión) de la tierra y del sol trabajan en armonía y mantienen la tierra en una órbita estable alrededor del sol. Y esto permite el desarollo de la vida en la tierra.

Al contrario las dualidades de la mente ´inferior´ (gusto/disgusto, atración/repulsιón) causan disfunción y sufrimiento porque son sólo desviaciones o distortiones de las energías naturales. Todas las energias egoicas como ira, odio, envidia, impaciencia, miedo, intolerancia, orgullo, depresión son modificaciones de la energía del deseo que a su vez es solo el impulso creado por lujuria.
Esta energía del deseo que es la mayor expresión del ego nos hace identificar con el cuerpo físico, sentir separados de Dios y de los otros seres del mundo. La energía del deseo hipnotiza la mente y el Buddhi y nos hace ver las cosas erróneamente. Nos hace percibir lo real como ireal y viceversa. Nos hace percibir este mundo como real (mientras es una apariencia en la consciencia – DIOS) y nos impide tomar consciencia de Dios que es la única realidad siempre presente y la fuente de todo lo que existe. Nos lleva a preferir un poquito de placer mezclado con mucho sufrimiento en vez de buscar una libertad, paz y bienaventuranza sin limites y condiciones.  Nos hace creer que la felicidad se halla fuera de nosotros en los objetos sensoriales, mientras la felicidad es solo nuestra verdadera naturaleza siempre presente en nuestro corazón.
No necesitamos ni dinero, ni posesiones, ni placeres, ni nada del mundo exterior para estar contentos, plenos, felices y llenos de paz y amor. Necesitamos solo una mente pura  y clara, enfocada en nuestro corazón, donde mora eternamente nuestro Ser verdadero que es la personificación de la bienaventuranza, libertad y paz absoluta.
Tú y Dios sois Uno, tú y yo somos Uno, todo el universo es Uno, la única Conciencia nondual, impersonal y transcendente que brilla ininterrupidamente en el presente eterno.

Paz, Luz y Amor